De Mean Girl a "cover girl” hay un trecho que Lindsay Lohan ha transitado triunfante. Gracias al efecto redentor del glamour, y a quién sabe cuánto procedimiento quirúrgico y cosmético, la actriz de 38 años disfruta las mieles de un regreso a la vida pública marcado por su refrescada apariencia, y sus recientes portadas para revistas de moda le ponen sello de aprobación a su avefénico renacimiento.
Alabada por su belleza y carisma desde tierna edad. Estilizada con modelos recién salidos de la pasarela en la flor de su juventud. La actriz cayó en el infierno del escrutinio despiadado cuando su estilo de vida, lleno de documentados excesos, la despojó de lozanía y también de buena reputación.
Con la anunciada secuela de Freaky Friday, en la que Lohan repite protagonismo con Jamie Lee Curtis unos 20 años después de su primera parte, el refrescamiento de esta pelirroja ahonda en las complejidades de envejecer, en un contexto que beneficia la belleza de la juventud como poderosa divisa.
Ni siquiera en su punto más bajo, “Lilo” -como se popularizó en pleno desenfreno- dejó de marcar tendencias de moda, mostrándose sin complejos con la tobillera electrónica con la que cumplía su libertad condicional en 2007.
Extraoficialmente, la ex del actor venezolano Wilmer Valderrama inspiró al recordado diseñador Karl Lagerfeld, quien incorporó variaciones de una especie de cartera pequeña sujeta al tobillo para la colección primavera-verano 2008 de Chanel, mucho antes que la famosa -¿o infame?- Anna Delvey -¿o Anna Sorokin?- modelara su monitor policial decorado con cristales de Swarovski en las pasarelas neoyorkinas para la temporada primavera-verano 2025.
Esquivada por las cámaras de Hollywood y perseguida por las de los paparazzis, la ahora mamá ya mostraba signos de renacimiento a finales de 2024, cuando una mariposa se posaba en sus oscurisimos lentes Courrèges en la portada de Flaunt, mientras un estilismo en clave moda recatada la mostraba en un monástico número de Balenciaga para la portada de Marie Claire Arabia.
Casada con el financiero kuwaití Bader Shammas y residenciada ahora en Dubai, la portada con la que ha generado más titulares es la de la edición checa de Vogue. Enmarcado por un cuello alto de Patou o un gran tocado de Buerlangma, el rostro de Lindsay Lohan ha puesto en marcha toda clase de quinielas, elucubraciones y calculadas adivinanzas para dar con la fórmula de semejante rejuvenecimiento. El misterio continúa sin resolver.
