La gargantilla de perlas más icónica del perezjimenismo se asomaba entre los pliegues de un carré Hermès. Manos enfundadas en piel de napa empuñaban una mini Kelly en cocodrilo rechinante. Un recogido bouffant confirmaba la aburguesada presencia de una de las estampas más elogiadas de la Venezuela del siglo XX. Esta es la historia de cómo Alicia Parés Urdaneta de Estrada modeló, a sus setenta y pico primaveras, en un histórico desfile de la Paris Fashion Week.
A principios de 2004, París bullía de expectativas por el nombramiento de Jean Paul Gaultier como director artístico de Hermès, y su primera colección para la maison finalmente sería presentada ese mismo marzo.
María Luisa Poumaillou, recordada hija de madame de Estrada, le contó a Diane Pernet que a principios de ese año coincidió con el diseñador mientras comía con su mamá en el restaurante Anahi. Mejor conocida en Francia por sus propios aportes a la industria de la moda, María Luisa contaba que el enfant terrible quedó fascinado con el look aristocrático de la venezolana, invitándole a desfilar enseguida. Aunque la glamorosa señora no había entendido por completo en qué consistía la invitación, la aceptó en el acto.

Una vez que Poumaillou aclaró la magnitud de la convocatoria, su madre -ahora fallecida- reculó. JPG insistió y, con el auspicio de su hija, Alicia Parés Urdaneta, viuda de Pedro Estrada, se hallaría escoltada por el controversial modelo Tanel Bedrossiantz, mientras cabalgaba unos altísimos tacones en una larga pasarela instalada en el gimnasio ecuestre de l’École Militaire de París, midiéndose con el níveo pelaje de Carmen Dell'Orefice y halo de Jane Birkin, que irradiaba en la presencia de su hija Lou Doillon.
“Fue una catástrofe”, recordaba María Luisa. “Al minuto de verla salir (a la pasarela), noté que algo estaba mal. Lo que pasó fue que Jean Paul le dijo a mi mamá que se dejara puestos sus Manolo Blahnik, pero ella vio los pumps de caimán de Hermès, que eran más altos, y pensó que ganaría estatura con ellos, pero que eran demasiado grandes para ella y no podía caminar. Entonces estaba aferrada a Tanel de una manera muy tensa porque no se sentía cómoda”.
Las historias del backstage vinieron por cortesía de la hija de Poumaillou, que acompañó a su abuela mientras empezaba el desfile. La conocida compradora de modas recordaba que, políticamente incorrecta, su mamá criticó a las modelos en voz audible, aunque matizó que lo hizo en un español que pocos habrían entendido. Señalando a nadie menos que Linda Evangelista, le habría dicho al maquillador Stéphane Marais: ‘“¡eres un genio! Porque esta muchacha no lucía para nada antes de que tú la maquillaras”. María Luisa, entre risas, remataba: “fue el peor momento de mi vida”.