Elevando el habitual acto de sentarse a comer en un rico banquete para los ojos, los cubiertos de Christofle destacan por convertir cualquier comedor en un mostrador de joyas que titilan en condumios de prestigio.

El Museo de las Artes Decorativas (MAD) de París revisa los casi 200 años de historia de esta casa de orfebrería, con una muestra que comprueba su expansión desde los confines de la mesa, hasta construir un vocabulario que interpreta “el arte de vivir a la francesa” en un tutiplén de objetos ornamentales.
La pertinencia de la exposición “Christofle, una historia brillante” se subraya desde la entrada. Aquí destaca la pieza central de un servicio que la firma realizó para Napoleón III entre 1852 y 1855, rescatada de los escombros que dejó el incendio que en 1871 -durante la Comuna de París- casi destruyó el Palacio de Tuileries, donde hoy se aloja el MAD.

Lo que le sigue es la reunión de unas mil piezas, en su mayoría realizadas por la firma fundada en 1830 por Charles Christofle, evidenciando su crecimiento durante la época dorada de la industrialización, y también la adaptación de su savoir faire a las tendencias que dominaron la estética de cada momento de su historia: orientalismo, neogriego, japonismo, art nouveau, art déco.

El prestigio de la firma ha viajado no sólo en el tiempo, sino también en el espacio, al convertirse en proveedor de refinados utensilios de mesa para proveedores de servicios de hostelería y transporte de lujo. Es así como en la exposición se recrean segmentos de comedores como el del Expreso de Oriente y el del Hotel Ritz.
La extensión de la muestra subraya cómo la firma con frecuencia mencionada en herencias, subastas y tiendas de antigüedades, renuncia al posible mote de “cubiertos de abuelita”. Y es que Christofle ha refrescado su prestigio centenario al incluir colaboraciones con autoridades de la estética moderna como el diseñador de modas alemán Karl Lagerlfed, el arquitecto italiano Gio Ponti y la interiorista francesa Andrée Putman.

Para cerrar la exposición, la pieza “Oda a los orígenes” diseñada por el orfebre Jean-Pierre Cottet-Dubreuil, destella en cristal de roca, metal plateado y espejos que reflejan pasado y futuro de una firma bien encaminada a celebrar un bicentenario brillante.