Desde ilustrar la última página de la edición mexicana de Harper's Bazaar, hasta firmar la imagen de portada de Glamour, Isabela Álvarez ha paseado sus brochas por los muchos folios de Vogue Latinoamérica. Con su estilo fresco, jovial y al último grito de la moda, la artista valenciana ha recreado el atractivo imaginario de algunas de las firmas más prestigiosas del mundo.

Nacida en Valencia, el 30 de septiembre de 1994, Alvarez recuerda una infancia influenciada por el arte practicado por varios miembros de su familia paterna, aunque la decisión de dedicarse a ello no fuera tan evidente para entonces.
Después de abandonar estudios de Mercadeo en la Universidad Tecnológica del Centro (Unitec), se decidió a explorar su talento por el arte mientras estudiaba Comunicación Visual en el Centro de Diseño Digital (CDD) de Valencia, pero fue con la creación del usuario de Instagram @isaboleta que su hoy reconocible estilo empezó a tomar forma, acumular fervientes seguidores y servir como ventana a un mundo en el que muchos se quisieran sumergir.
A pocos días de dejar Valencia (Venezuela) por Madrid (España), conversamos con “Isaboleta” para pasar revista a su trayectoria y leer la letra pequeña de esta historia de éxito “Hecho en Venezuela”.
Estilo Isaboleta
Con un cuerpo trabajo que retrata principalmente mujeres jóvenes, bellas y vestidas con piezas recién sacadas de la pasarela, Isabela Álvarez confiesa que las protagonistas de sus pinturas son “como mis alter egos. Trato de plasmarme a mí misma, cómo yo veo el mundo, o cómo quiero que se vea mi mundo”.

Inspirada en los rostros anatómicamente imperfectos de Francesco Clemente, la artista señala que “más que el estilo de otros artistas, me llama la atención las paletas de colores y los elementos”. Así, cuenta referencias de Henri Matisse, Yoshitomo Nara, Chloe Wise e Inès Longevial.
El carácter editorial y publicitario de su trabajo la ha iniciado también en el género de la viñeta, con frases tomadas tanto de sus propias interacciones, como del ecosistema de las redes sociales y sus tendencias, beneficiando cierta cualidad de meme, siempre con su toque especial de sofisticación relajada.
“Me río siempre de mí misma y no me da pena mostrar cómo realmente soy”, se describe. “A veces soy super awkward (rara), a veces super seria, tímida y a veces extrovertida. Me gusta mucho plasmar eso en lo que hago, porque me define y muchas personas se identifican con mi trabajo. Todo el mundo pasa por lo mismo de diferentes maneras”.
Isaboleta: la fortuna favorece a los audaces
Tomando el sobrenombre con el que su mamá se refería a las tiernas redondeces de su infancia, Isabela Álvarez se refiere a “Isaboleta” como un usuario de Instagram que al principio consideraba temporal, pero que permanece tras confirmar ser una marca que resuena, aunque admite que “todo el mundo piensa que es por el otro término”, descartando cierto adjetivo del coloquialismo venezolano.

Con un estilo reconocible y una marca única, la ilustradora se decidió en 2019 a perseguir su anhelo de ser publicaba en las revistas que tanto la inspiran. “Me di cuenta de que solamente etiquetando gente en Instagram no iba a conseguir nada. Tenía que buscar por otro lado”, relata. “Para entonces, compraba revistas y leía los directorios para ver quién trabajaba ahí, y como ni siquiera sabía a quién tenía que contactar, le escribí a todo el mundo”, ríe ahora a quien el arrojo le rindió buenos resultados.
Isaboleta reflexiona que “a veces puede pasar que descubran tu talento, pero a la vez uno tiene que tocar puertas. Obviamente, uno tiene miedo a que le digan que no, pero no hay que tomárselo a pecho porque simplemente no le sirves a ellos, pero le puedes servir a otro. Cada quien tiene sus gustos y su estilo”.

Es así como, luego de una serie de trabajos publicados en Venezuela, logró que incluyeran su ilustración de la mítica editora de moda Diana Vreeland en la última página de la edición diciembre 2018 de Harper’s Bazaar México, un logro al que pronto le sumaría el inicio una larga colaboración con Vogue México y Latinoamérica que continúa hasta ahora, y otras publicaciones de prestigio como la edición mexicana de Glamour, para la que ilustró una de las 12 portadas que celebraron a las Mujeres del año 2024.
Revisar su cuenta de Instagram es darse cuenta que Chanel destaca como firma que caracteriza a sus vívidas ilustraciones. Y es que desde 2020 la artista valenciana ha continuado una relación con la representación latinoamericana de la firma francesa.
Isaboleta confiesa que “siempre he sido fan de Chanel. Colaborar con la marca para mí fue una sorpresa, porque es conocida por ser súper clásica, elegante y, aunque ahorita está enfocándose más al público joven, es una marca más señorial. Siempre pensaba que mis ilustraciones son muy coloridas y cuestionaba si mi estilo pegaba más con otra marca, pero me llamó la atención que Chanel veía mi trabajo muy apegado a la marca. Me parece cool que una marca vea más allá de lo que tú piensas de tu estilo de ilustración. Estoy demasiado orgullosa de mí misma porque puedo decir que he trabajado con Chanel”.
Isaboleta, emprender en el arte
Queriéndolo o no, Isabela Alvarez parece haber tenido desde pequeña una visión emprendedora sobre su talento. La niña que pintaba acuarelas y se las vendía a su abuelo no se ha conformado con vender pinturas en acrílico y prints de sus ilustraciones.
Marcas con presencia en Venezuela como Tanqueray, Club Social, 7Up y Pepsi le han confiado la imagen de sus productos. “Lo cool es que ellos me dan total libertad de hacer lo que yo quiera, de mezclar mi marca con el producto”, celebra.

Además de impregnar marcas con su característico estilo, ha logrado que su trabajo protagonice productos respaldados por firmas de prestigio. Tal es el caso de la agenda que la edición mexicana de Vogue Latinoamérica sacó por primera vez para 2025, de cuya portada estuvo a cargo. “Super cool esa oportunidad. Literal, quiero mandar a montar esa agenda, ni siquiera la quiero usar”.
A Álvarez le sorprende que “todavía hay gente que piensa que si eres artista no ganas dinero, pero una de mis mayores motivaciones es demostrar lo contrario, que yo sí puedo mantenerme con esto. Te juro que si uno quiere, uno puede. Obviamente, valorando lo que haces, dándote cuenta de que tu trabajo es super único, y vale lo que vale porque no hay otra persona como tú y no hay otro estilo como el tuyo en el mundo”.
El próximo capítulo
A la artista valenciana, la determinación no le ha venido sin momentos de duda. Isaboleta confiesa también haber sentido el síndrome del impostor. “Siempre lo siento. Es horrible”, admite. Para combatirlo, tiene una estrategia: Tengo “un dibujo viejo en el escritorio de mi computadora para recordar lo mucho que he avanzado; también cuando actualizo mi portafolio con las marcas con las que he trabajo me pregunto por qué dudo tanto de mí misma. Trato de recordármelo porque es real, es algo que me pega de vez en cuando”.

Cuando le preguntamos cómo se siente viviendo en la capital carabobeña, Álvarez revela que su relación con Valencia ha tenido sus altos y bajos. “Duré mucho tiempo de mi vida queriendo irme”, admite. “Pero llegó un punto en que empecé a hacer las paces con la ciudad, y ahorita como que la quiero. Me gusta estar acá porque me siento en mi casa, en mi zona de confort, con mi familia y le tengo cariño a eso. A la vez, tampoco hago mucho aquí; sí quisiera irme a un lugar que tenga más movimiento en cuanto a mi carrera”.
Todo parece indicar que el momento de cumplir ese deseo de crecimiento ha llegado. Isaboleta comienza un nuevo capítulo en Madrid, y para marcar el inicio, a finales de abril empezará a exhibir sus prints en la fabulosa tienda WOW Concept de la capital española, donde sin dudas dejará una estilosa huella con su trabajo.