Hablar de motivación es fácil. Cualquier deportista puede encontrar una conexión a la cual aferrarse cuando persigue un objetivo. Lo difícil y lo que marca la diferencia, es la manera en que cada quien decide transitar ese proceso y la respuesta al porqué decides hacerlo.
Para quienes simplemente hacen deporte por bienestar, como para quienes lo practican como profesión, la pregunta es la misma ¿por qué lo haces?
Muchos responderán que sus logros son para agradar a su familia, para que sus hijos se sientan orgullosos y servirles de ejemplo; habrá quien necesite competir consigo mismo como una prueba de superación personal, en fin, son muchas las razones que impulsan el compromiso, la disciplina y el empeño que amerita alcanzar una meta deportiva.
Es posible que mientras estás leyendo estas líneas te estarás preguntando ¿cuál es mi motivo? y quizás no lo sepas ahora mismo. No es algo que se descubre de la noche a la mañana e incluso hay casos en los que nunca encuentran la respuesta correcta. Sin embargo, siempre hay un mensaje claro para todos. Lo hacemos porque nos gusta y nos muestra una mejor versión de nosotros mismos.
Es por eso que sentimos nervios antes de una competencia, es por eso que entrenamos para mejorar nuestras marcas y es por eso que nos frustramos cuando no logramos eso por lo que venimos trabajando. Simplemente porque nos importa y ya ese es un motivo que nos saca del montón en una sociedad en la que casi nadie se atreve a salirse del rebaño.
Hacer deporte significa mucho más que perseguir una victoria siendo más rápido o más ágil que alguien más, el deporte representa eso en lo que te conviertes mientras te esfuerzas por alcanzar tus objetivos. El deporte genera algunos cambios en nuestra condición física pero nuestro carácter, nuestras emociones y hasta nuestra personalidad sufren una completa y absoluta transformación.
Ese porqué en el que te quedarás pensando no está en el espejo, no está en los números de tu récord personal ni en la felicitación de tus hijos cuando te abrazan en la meta. Tu motivo está en ese pensamiento que te impulsa cuando el cuerpo te dice que no puedes más. Es allí cuando encuentras la razón que te convierte en una mejor persona cada día y que te llevará tan lejos como desees, de la manera en que tú decidas hacerlo.