Cuando hablamos de deporte, la mayoría de las veces, somos nosotros mismos quienes nos planteamos asumir un reto: alcanzar una cumbre, culminar una carrera, lograr una marca… Cualquiera que sea el objetivo que nos pongamos en la mira, no basta con creernos capaces y tener fe en nosotros mismos; saber elegir el reto es el primer paso de éxito en el camino hacia el logro.
En la vida no siempre tenemos opciones, pero sí, la mayoría de las veces, tenemos en nuestras manos la oportunidad de decidir hasta dónde arriesgar o no hacerlo, seguir adelante con un proyecto o dejarlo a la mitad, buscar ayuda o avanzar solos, disfrutar de lo que hacemos o convertirlo en una tortura que termine con nuestra paz y afectando nuestra salud mental.
El camino hacia el triunfo, en cualquiera de los casos, nos lo han mostrado siempre como algo que termina cuando se logra llegar a esa cumbre, cruzar esa meta o firmar ese contrato. Sin embargo hay veces que el éxito se consigue mucho antes, cuando nos damos cuenta que avanzar implica hacer sacrificios que no nos corresponden.
Soltar casi siempre nos cuesta más que aguantar hasta el final una carga que no es nuestra, que no nos fortalece sino todo lo contrario; nos debilita y nos derrumba el entusiasmo. Es allí donde resulta mucho más valiente abandonar y cambiar el rumbo, aunque eso signifique haber perdido tiempo, energía y recursos de valor. Justamente por eso, hacerlo a tiempo, además, es una de las acciones más inteligentes que cualquiera pueda ejecutar.
Cruzar la meta de una carrera es un símbolo de éxito, sin embargo, saber identificar cuando estamos en el camino equivocado y desviar la ruta, abandonando el objetivo, también es algo que todos deberíamos aplaudir. Hay retos que no vale la pena asumir y dejarlos puede requerir tanta o más valentía que intentar llegar hasta el final.
Cualquiera que sea la decisión que tomes ante los retos que asumes, hazlo con la firme convicción de que lo estás haciendo por y para ti, no para complacer a nadie. Si realmente forma parte de tu esencia, llegarás hasta el final con el mayor de los éxitos, si no es para tí, por el contrario, no temas elegirte y que la tranquilidad sea tu mejor medalla.
