Resucitemos con él, luego de que entregase su espíritu en el madero de la Cruz

Jesús resucitaba de entre los muertos, luego de descender al Seol, lugar en el cual se encontraban las almas de los justos de quienes no había conocido el evangelio.

Establecen las sagradas escrituras, que luego de la pasión y entrega del espíritu de Nuestro Señor Jesucristo este fue descendido de la cruz, en medio de un terrible sismo y de una lluvia torrencial, en el regazo de su santísima Madre sus heridas fueron enjugadas por las lágrimas de la santísima. En ese regazo recibió a Jesús, fruto inmaculado de su vientre, yerto, sin vida y martirizado por nuestros pecados, el descenso de la cruz nos lleva a la piedad, al momento de María y de su infinito dolor, a ese Gólgota de conversiones como la de Casio Longinos, quien reconoció la divinidad de Cristo.

Datos desapercibidos, el velo del templo una gruesa tela equivalente a diez tapetes, se rasgo de punta a punta, ya no se requería la entrada de un sacerdote al lugar Santo, Cristo había revertido nuestros pecados y la presencia de Dios era un hecho común, luego el sepulcro donado por José de Arimatea, fue el lugar para vendar al cadáver y cubrirlo con una mortaja, varón de dolores, lugar de tristezas.

En la madrugada del domingo, una luz cegadora deslumbró a los soldados, las cuerdas y sellos del emperador habían explotado, ante la pequeñez del hombre frente a Dios. Jesús resucitaba de entre los muertos, luego de descender al Seol, lugar en el cual se encontraban las almas de los justos de quienes no había conocido el evangelio.

Jesús de Nazareth, resucitó al tercer día y es promesa de reconciliación, en su cuerpo glorioso regresó para manifestarse en fe, en caridad y confianza, para toda la humanidad, en la promesa de la reconciliación se encuentra el regreso cierto a la verdad, la libertad y la vida.

¡Vuelve pues Jesús esos tus ojos de justicia hacia Venezuela, escóndenos en tus yagas y danos la paz!!

Que, a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora del Señor Jesús: “Paz a vosotros”. “No temáis, he resucitado y siempre estaré́ con vosotros”. que, a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora del Señor Jesús: “Paz a vosotros”. “No temáis, he resucitado y siempre estaré con vosotros”. (Homilía de S.S. Francisco, 5 de abril de 2015).

Que cristo sea amparo de los marginados, de los exiliados, de los presos, de los torturados, sea también su santísima Madre abogada nuestra y el en amor el Padre y del Hijo y del Espíritu Santo encontremos la cara dichosa y justa de Nuestro Señor.

Que en estas Pascuas de resurrección nos encontremos a ese Jesús y pastor de almas”

Referencias.

Bergoglio, M. (05 de abril de 2015). Ho,ilia. Prensa Vaticana.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Resucitemos con él, luego de que entregase su espíritu en el madero de la Cruz

Carlos Ñañez
Carlos Ñañez