Somos ingenuos ante la atrocidad

Es necesario reconocer la nueva ola de arrebatos autoritarios, como ingrediente vergonzante de los nuevos tiempos. Sobrepasa linderos de izquierda o derecha, liberales o estatistas, dictaduras y democracias.

"Somos ingenuos ante la atrocidad que está pasando", la expresión de una humilde madre de Maracay, al reconocer a su hijo encadenado, trasquilado por un barbero de El Salvador, acusado del crimen de ser migrante y llevar tatuajes que lo homologan, según las autoridades, con los criminales del TDA, banda oficial del régimen roba-elecciones, etc.

La cruel escena dispara la duda sobre la perfección de la aplicación de la ley, de su uso prejuiciado, sin proceso legal que determine culpabilidad o inocencia. Pone de relieve también la confrontación entre la necesidad de justicia y la tentación arbitraria del autoritarismo. Nos hace súbitamente conscientes de que “somos ingenuos ante la atrocidad”.

Es necesario reconocer la nueva ola de arrebatos autoritarios, como ingrediente vergonzante de los nuevos tiempos. Sobrepasa linderos de izquierda o derecha, liberales o estatistas, dictaduras y democracias. Las actuaciones radicales, aliñadas con discriminación, reacomodos e intereses económicos y políticos de Trump han atizado la tentación de naturalizar tal tendencia.

Está cultura trafica con la idea "hace falta autoridad", poner orden y solución rápida de los problemas. Abundan quienes difunden la fuerza y la arbitrariedad como solución. La idea de un gobernante mesiánico, autoritario, que disuelve la ley y las instituciones, destruye la democracia, y la reemplaza por su decisión autoritaria y dictatorial.

Ensayamos una explicación sobre estás tendencias, en el ámbito de la Cultura Política. El rol confiscatorio del liderazgo político en la toma de decisiones. De cómo las organizaciones y dirigentes difunden un modelaje de valores comportamientos y concepciones de lo político, cuyo centro es el activismo pragmático dirigido a logros electorales y usufructo de los recursos públicos.

Es evidente el déficit de grandes ideas, de enseñanza de la Democracia, la Libertad, del desarrollo y protagonismo de la ciudadanía. Es necesaria una cultura que haga énfasis en la distinción entre democracia y autoritarismo, que insista en el desarrollo de una ciudadanía democrática y libertaria, impermeable al a la tentación totalitaria y populista.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Somos ingenuos ante la atrocidad

Luis Enrique Vizcaya
Luis Enrique Vizcaya

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