China impondrá aranceles desde el lunes a productos agropecuarios estadounidenses, en respuesta a los introducidos esta semana por Estados Unidos. El conflicto comercial sigue agravándose, con implicaciones para el comercio global y para sus relaciones bilaterales.
El martes, las autoridades chinas explicaron que China gravaría con un 15 % las importaciones estadounidenses de pollo, trigo y maíz. Con un 10 % a las de soja, carne de cerdo, de vacuno, productos acuáticos, frutas y lácteos. Entre los productos gravados con un 15 % figura también el algodón, y entre los gravados con un 10 %, las verduras y el sorgo.
Un tono beligerante
China respondió así a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de duplicar al 20 % los aranceles adicionales impuestos al país asiático desde que regresó a la Casa Blanca. Es una acción que, según Pekín, aumenta la carga sobre las empresas y los consumidores estadounidenses y socava la base de la cooperación económica y comercial" de las dos potencias. El titular del Ministerio de Comercio chino, Wang Wentao, reconoció graves desafíos, pero avisó que la coerción y las amenazas no funcionarán con China.
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El canciller chino, Wang Yi, aseveró estos días que China se mantendrá firme en su oposición al "hegemonismo" de Estados Unidos. Agregó que el mundo no puede volver a "la ley de la jungla". Wang puso en duda la estrategia estadounidense y se preguntó: "¿El déficit comercial se ha ampliado o reducido? ¿La inflación en su país ha aumentado o descendido? ¿La calidad de vida de su pueblo ha mejorado?".
La Embajada china en Washington fue más allá. Advirtió esta semana que el país está listo para luchar hasta el final si EE. UU. desea una guerra, comercial o de cualquier otro tipo.
A vueltas con el fentanilo
Trump ha justificado los aranceles contra los productos chinos. Afirmó que Pekín no hace lo suficiente para evitar la entrada de fentanilo en Estados Unidos, algo que las autoridades chinas consideran un pretexto, dado que la política antidrogas china es una de las más estrictas del mundo.
El Ejecutivo chino explicó esta semana en un 'libro blanco' que China otorga gran importancia al control del fentanilo. "Hemos impedido estrictamente el uso, producción y tráfico de esa sustancia y sus precursores, logrando resultados notables".
Oportunidades para otros países
Los aranceles chinos perjudicarán al sector agropecuario del país norteamericano. Este tiene a China como uno de los principales destinos de sus exportaciones, pese a que estas hayan descendido hasta un 20 % en los dos últimos años.
El rotativo local oficialista Global Times advertía esta semana que los productos agrícolas estadounidenses dependen en gran medida de los mercados internacionales. "Son particularmente vulnerables a los cambios en el entorno comercial mundial y a la incapacidad del mercado estadounidense para absorber rápidamente los excedentes de productos agrícolas".
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Ante esta coyuntura, el sector agropecuario de países como Brasil podría verse beneficiado. El diario hongkonés South China Morning Post aseguró esta semana, citando fuentes del Ministerio de Agricultura de Brasil, que las autoridades brasileñas ya están alentando activamente a los agricultores. Los invitan a considerar la expansión de la producción de maíz y de sorgo, cosecha de la cual China absorbe el 83 % del suministro mundial, principalmente procedente de Estados Unidos.
Esta salva de gravámenes por parte de Pekín, que también añadió a varias empresas estadounidenses a su lista de control de exportaciones y a su lista de entidades poco confiables, podría haber mantenido cierta cautela: "Se ha evitado hasta ahora fijar como objetivos a conglomerados clave estadounidenses con una fuerte dependencia del mercado chino", explicó al South China Morning, Post Lynn Song, economista del grupo ING.
En febrero, China ya había impuesto gravámenes de entre el 10 y 15 % a otros productos estadounidenses. También estableció controles a las exportaciones de minerales clave y abrir una investigación contra el gigante tecnológico Google.
En su primera presidencia (2017-2021), Trump ya impuso a Pekín varias rondas de aranceles por valor de unos 370 millones millones de dólares anuales. China respondió con gravámenes a las exportaciones estadounidenses.