Irak denunció este domingo ante Estados Unidos que la decisión de Washington de no renovar la exención para importar gas de su sancionado vecino Irán tendrá graves repercusiones para su población. "Causará un colapso del sistema eléctrico, especialmente en verano, cuando las temperaturas alcanzan los 50 grados centígrados".
El presidente del comité financiero iraquí, Atuan al Atuani, en una reunión con el embajador de EE.UU. en Bagdad, Daniel Rubinstein, reaccionó a la decisión de la Administración estadounidense de Donald Trump de no extender los permisos para poder importar gas de Irán, según un comunicado. Sobre el gobierno de Irán pesan sanciones internacionales y Washington quiere aislarlo económicamente
Al Atuani defendió que hasta el momento no hay ninguna alternativa para cubrir las necesidades de electricidad de Irak. Aseguró que Bagdad está trabajando para alcanzar la independencia energética con varios proyectos prometedores que se implementarán en los próximos años.
El embajador estadounidense mostró su comprensión y prometió trasladar la preocupación del Gobierno iraquí a Washington con la esperanza de encontrar soluciones permanentes.
Irak depende en gran medida del gas, la electricidad y los alimentos que importa de Irán. En los últimos años, sin embargo, ha sellado acuerdos con otros países árabes para importar energía, como Arabia Saudí. También ha desarrollado proyectos para lograr la autosuficiencia.
Bagdad puede importar gas de su vecino persa pese a las sanciones de Estados Unidos que pesan sobre Teherán desde 2018, sobre todo sobre el sector energético, gracias a las exenciones de Washington.
Gran parte de la infraestructura iraquí está dañada tras décadas de guerras y conflictos. A ello se suman la corrupción endémica y los ataques contra instalaciones eléctricas por parte del grupo yihadista Estado Islámico o de milicias leales a Irán.
Irak, el segundo país productor de la OPEP, cuenta con alrededor del 8 % de las reservas mundiales de crudo