El arzobispo de Valencia, monseñor Jesús González de Zárate, presidió una misa concelebrada que se realizó en la iglesia La Milagrosa, para celebrar el día de San Vicente de Paúl y los 400 años de la creación de la congregación de la Misión de los Padres Paúles.
El prelado da iglesia católica fue recibido con aplausos y mucha alegría, por parte de los feligreses, ya que por haber tomado recientemente la posesión de su cargo, es la primera vez que visita esta parroquia.
Antes de comenzar la misa, fue leído su currículum, por lo que todos pudieron conocer su historia, donde se reflejan las distintas responsabilidades que le ha encomendado la iglesia, antes de llegar a la Arquidiócesis de Valencia.
Durante la homilía citó que el evangelio dice que un buen pastor debe conocer al pueblo que se le ha confiado. Y la tarea del obispo, es precisamente visitar a las comunidades para conocerlas y que sus integrantes lo conozcan a él.
Manifestó que tal vez algunas personas tengan la percepción de que un obispo es una persona muy importante, que no se puede alcanzar, pero esto no es así. San Agustín decía que un obispo es en primer lugar, un cristiano.
“Yo para ustedes soy un cristiano. Ese es mi principal signo de identidad”.
Comentó que al igual que los feligreses, él también fue bautizado, por lo que los une la fe en un solo Dios.
También señaló que hay personas que por tener poder, menosprecian a los demás, pero se olvidan que el poder se acaba. Y Dios está siempre de parte de los más desposeídos.
Invitó a los fieles a ser solidarios con los enfermos y necesitados, tal como lo hacía San Vicente de Paúl.
Al finalizar la misa, monseñor González de Zárate accedió a tomarse fotos con los feligreses, en la entrada del templo. Un gentio lo rodeo para fotografiarse por grupos.
