La Iglesia Católica conmemora este viernes, como todos los 1 de noviembre, la solemnidad cristiana del Día de Todos los Santos. Fecha para rendir tributo a quienes gozan de la vida eterna en la presencia de Dios, luego de haber superado el purgatorio y haber obtenido la visión beatífica para ser santificado.
No se festeja solo en honor a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados, sino también en honor a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios en su Iglesia triunfante.
La fecha del 1 de noviembre fue establecida por el papa Gregorio III durante su mandato (731-741). En su tiempo dedicó una capilla en la Basílica de San Pedro de Roma en honor a todos los santos.
En principio la celebración se limitaba a Roma. Pero en el año 837, el papa Gregorio IV ordenó la observancia oficial del Día de Todos los Santos cada 1 de noviembre y extendió su celebración a toda la Iglesia.
El significado del Día de los Santos
En una reseña de Vatican News referida a la festividad, se expresa que hoy recordamos que los santos son todos aquellos hijos de Dios que vivieron la fe, la esperanza y la caridad siguiendo el ejemplo de Jesús, y que practicaron en modo eminente las Bienaventuranzas descritas en el Sermón de la Montaña. (Mt 5, 1-12).
La celebración nos recuerda que podemos vivir ya desde ahora en la vida eterna, si nos comprometemos con determinación a transformar este mundo con la fuerza del Evangelio.
Para esta importante fiesta litúrgica el papa Francisco nos dice que no pensemos solo en los ya beatificados o canonizados, porque el Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque «fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente.
En otra parte de su exhortación el Sumo Pontífice expresa que "La santificación es un camino comunitario, de dos en dos. Así lo reflejan algunas comunidades santas. En varias ocasiones la Iglesia ha canonizado a comunidades enteras que vivieron heroicamente el Evangelio o que ofrecieron a Dios la vida de todos sus miembros”.
Esperando al primer santo venezolano
Contrario a otras naciones, Venezuela todavía no ha tenido la posibilidad de tener un santo que haya nacido en estas tierras.
Hasta ahora solo tenemos cuatro postulados que tienen la condición de beatos, que es el paso previo para la canonización. Son ellos las religiosas madre María de San José, madre Candelaria de San José, madre Carmen Rendiles, y el laico José Gregorio Hernández.
Aunque este último es considerado santo, no solo en nuestro país sino en otras naciones, pero oficialmente no tiene esa condición.
Las causas de estos cuatro beatos, siguen siendo estudiadas en el Dicasterio de las Causas de los Santos, que es el organismo del Vaticano que se encarga de analizar las virtudes que tienen los postulados, para ser beatificados o canonizados.