La Academia Carabobeña de la Lengua
Premió concurso de cuentos para la Gran Valencia
Cada acto positivo
que resalte a la ciudad
siempre hay que destacarlos
para la posteridad
Por ejemplo, hace poco
la Academia de la Lengua
Capitulo Carabobo,
hizo una fiesta de letras
(La Academia de la Lengua organizó un concurso de cuentos para la gran Valencia, con motivo de sus 470 años de fundada, con estudiantes de Media General de los municipios Valencia, San Diego, Los Guayos, Libertador y Naguanagua)
Los liceos participantes
del tercer al quinto año
se lucieron con sus cuentos
¡De verdad, es otro escaño)
(Colegio Santa Rosa de Valencia, , Colegio Augusto Comte de Libertador, Colegio YMCA Valencia, Colegio Nuestra Señora de la Candelaria de San Diego, Colegio Los Robles de Naguanagua, Colegio San Miguel Febres Cordero de los Guayos)
Gracias a sus directivos,
a los docentes asesores,
también los representantes,
por su ayuda, sin temores
Tuvo una dura tarea
el jurado evaluador,
con tantos trabajos buenos
¡No fue fácil decisión!
(Jurado; Melania Reina, Carlos Figueroa, Denis Miraldo, Raquel Santeliz)
También hubo un comité
que prepararía el evento
cuidando cada detalle
¡Para evaluar los talentos!
(Comité organizador; Luis Cuicar, José Tapiskent, Marbella Colmenares, María Tapiskent)
Después de deliberar
el jurado concluyó,
que había, tres ganadores,
y esto fue lo que acordó
Primer lugar: “Sonidos Nocturnos” de la estudiante Gabriela Pernía
del Colegio Santa Rosa de Valencia.
Segundo lugar: “Sentimientos de una Reliquia” del estudiante Jesús Bisbal
del Colegio Augusto Comte del municipio Libertador.
3er lugar: “La Gran Venus” del estudiante Fernando Matos
del Colegio YMCA Valencia
De verdad que este concurso
prende luces de esperanza,
para que nuestra ciudad
se vista de fe y confianza
Gracias doy a la Academia
por genial iniciativa
las letras están contentas
¡Propuesta muy asertiva!
Ahora voy a compartir
ese cuento ganador,
y a todos los concursantes
un aplauso con fervor
Esto aquí aun no termina
puede sea, el primer paso
de los muchos por venir
¡Adelante mis muchachos!
Aquí el cuento ganador
Silbidos Nocturnos
Dicen que quien busca encuentra, por eso nadie debe adentrarse en el peligro solo por curiosidad, si no me crees entonces déjame contarte esta historia.
Una noche, cuatro amigos decidieron explorar ciertos lugares de Valencia, donde dicen que en la oscuridad de la noche se aparecen cosas que es mejor no saber.
Ellos bastante curiosos decidieron ir para demostrar que solo eran inventos.
Fueron al Parque Fernando Peñalver, caminaron haciendo chistes sobre los muertos que pueden aparecerse, insultándolos entre risas. El frío viento se hizo presente, los árboles parecían susurrar palabras que no alcanzaban a descifrar, a lo lejos notaron una sombra sumamente alta y alargada que no parecía ser de ningún árbol, lo más extraño es que en donde se encontraba dicha sombra no había ningún tipo de luz, algo asustados decidieron ir a otro lado, creyendo que podía ser una persona.
Llegaron a la Plaza Bolívar, buscando un lugar para pasar el rato, uno de ellos pareció notar que la estatua del Libertador los estaba observando, sus ojos de bronce brillaban más de lo normal, el viento los azotó con fuerza, creyendo que se aproximaba una tormenta retomaron el paso, escuchando un suave silbido.
Mientras caminaban sintieron cómo cada vez se volvía más oscura la calle, por miedo a que apareciera alguien y quisiera robarlos empezaron a caminar más rápido, la casa de uno de ellos no estaba muy lejos y lograron llegar rápidamente.
Se sentaron en el patio a recuperar el aliento, tomando unas frías cervezas mientras charlaban, riéndose de las personas que creían en esas tonterías, entre burlas ocurrió un corte de luz, suspiraron fastidiados, pero comenzando a escuchar ese silbido nuevamente, dándose cuenta que ese sonido nunca fue producto del viento.
Extrañados de la situación prefirieron entrar a dormir, uno de ellos se quedó afuera para no pasar calor, sin tomarle importancia, el resto entró a la casa, pero ese sonido los incomodaba, les provocaba leves escalofríos y ellos no entendían la razón, al pasar los minutos ese sonido dejó de escucharse y se comenzaron a sentir más tranquilos, uno de ellos salió para intentar ver a la persona que provocó eso, pero solo se encontró con la nada, llamó a su amigo pero nadie le contestó, el resto salió y comenzaron a buscarlo, pero él simplemente había desaparecido.
Los días pasaban y el grupo entraba cada vez más en desesperación, no encontraban a su fiel amigo y no conseguían ni una sola pista, ni siquiera las autoridades mostraban preocupación por él, y era algo que les frustraba aún más, solo tenían pesadillas que recalcaban que era su culpa por dejarlo solo.
La pesadilla más frecuente era donde se encontraba su amigo, en el Campo Carabobo, él estaba escapando de algo, no podían ver de qué cosa se trataba, pero cuando parecía estar a salvo unas manos salían de la piscina y lo arrastraban de nuevo hacía ella, para desaparecer.
El grupo decidió ir al Acuario de Valencia, su amigo semanas antes les había comentado que quería ir allí, fueron sin éxito, nadie lo había visto, al quedarse solos el aire comenzaba a oler a huevo podrido, el sonido de uno de los tanques explotando de la nada los hizo pegar un salto, no entendían que pasaba y pronto llegaron los trabajadores por el escándalo y nadie supo explicar lo sucedido, por suerte había cámaras filmando y no tuvieron que pagar los daños.
Los sueños se hacían cada vez más intensos, uno de ellos casi ni dormía para no tener esas pesadillas, pero el cansancio lo venció hasta que se quedó profundamente dormido apenas llegó a su casa. Tuvo un sueño extraño, se encontraba en el Castillo de los Iturriza, pero la atmósfera era aún más intensa, sentía como si alguien le estuviera apretando el pecho dificultándosele respirar, uno de los pasillos parecía no tener fin, en su oscuridad escuchaba murmullos indescifrables, al voltear había un espejo antiguo cubierto de polvo, al limpiarlo no estaba su reflejo en él, estaba su amigo, con pánico soltó el espejo haciendo que se rompiera, escuchó a su lado como alguien le preguntaba « ¿Por qué lo soltaste?» dejándolo paralizado, cerró los ojos con miedo, sintiendo como una fría mano le tocaba el hombro y lo arrastraba a algún lado. Desde entonces, sus amigos tampoco volvieron a verlo.
Ninguno sabía qué pasaba, solo quedaban dos, tenían el corazón destrozado, aquellos que eran sus hermanos sin tener un lazo de sangre ya no estaban y nadie sabía qué pasó con ellos, no había respuestas, era como si la tierra simplemente se los hubiese tragado.
Estaban solos en esto, solo escuchaban personas insinuar qué seguramente andaban en malos pasos, la sangre les hervía de la rabia cuando escuchaban eso, ninguno de ellos estaba con cosas raras, pero al parecer se hizo costumbre de juzgar a todos por su apariencia. Sin pensar que más daño provoca quien se llena la boca con hipocresía y luego los domingos se hace el santo… eso, si es hipocresía.
Los dos chicos decidieron mantenerse juntos en todo momento para apoyarse, sin rendirse y manteniendo la esperanza de encontrar a sus amigos. Al día siguiente pasaron por el centro de Valencia, caminando por esos puestos de mesas donde las personas vendían su arte.
Pero un señor mayor con las ojeras bien marcadas bajo su rostro, si no lo veían moverse podía pasar fácilmente como un cadáver, su presencia los hacía sentir inquietos, pues él no les quitaba la mirada de encima. Acercándose lo suficiente quisieron preguntarle si había visto a sus amigos mostrándole una foto, con una voz rasposa les dijo que había visto a dos jóvenes parecidos en el Parque Los Enanitos, después de agradecerle por la información, se fueron caminando con duda, pero al voltear se llevaron la sorpresa de que el señor ya no estaba.
No dejaban de hablar de ese señor, se preguntaban quién era, cómo desapareció tan rápido, pero intentaron estar tranquilos. Al llegar al parque, sus amigos eran más importantes. El cielo estaba nublado, pronto comenzó a llover, el parque se encontraba solo, había sido su lugar favorito de niños, cada uno caminó por un lado para aprovechar el terreno.
Uno de ellos mientras caminaba vio hacia el cielo, rogándole a Dios que los ayudese a encontrarlos, el ambiente se tornó pesado y aún más oscuro a causa de las nubes, sus piernas comenzaron a temblar y tuvo que recostarse de un árbol para no caer. Respirando profundo durante unos minutos para calmar su respiración, notando un profundo silencio algo inquietante, sintiendo una punzada en su pecho, caminó de regreso hacia donde estaba su compañero… ¡Algo no estaba bien!
Y por desgracia, nada estaba bien, en el suelo solamente encontró el celular de su acompañante con la pantalla quebrada, asustado comenzó a gritar su nombre con desesperación, pero nadie contestó su llamado, no había rastro de él, ni siquiera huellas en el piso.
Cayendo de rodillas al suelo sintió las suaves gotas de lluvia que comenzaban a empapar el lugar. Sollozaba del dolor por perder a otro, gritó por última vez su nombre mientras miraba en todas las direcciones con la vista nublada por sus lágrimas, desgarrando su garganta en el proceso, el ardor le lastimaba desde dentro, pero no había peor dolor que perder a quienes amas. Levantando la cabeza hacia el cielo, con una voz ronca por su llanto le preguntó a Dios por qué no se lo había llevado a él, qué habían hecho para esfumarse de la tierra, gritándole que si de verdad existía entonces que demuestre utilidad, las personas se acercaron sin entender la situación y llamaron a la policía del miedo.
Todos cuchicheaban mirándolo, sintiéndose ofendidos al escucharlo referirse de esa forma a Dios, pero qué fácil era para todos juzgar errores en un dolor ajeno del cuál seguramente no estarían ni cerca de pasar, se indignan al escuchar su vocabulario, pero nadie se sintió indignado cuando sus amigos desaparecieron sin dejar rastro, nadie se sintió indignado de ver la indiferencia de los policías por querer buscarlos, ahí si nadie quiso involucrarse, entonces porqué querían hacerlo ahora que él estaba alzando la voz por ellos.
Alguien con el alma destrozada no merecía ser señalado de esa forma, las personas que esperaban en casa el regreso de seres queridos los cuales no volverían a ver no merecían ese trato.
Al llegar la policía lo levantaron a la fuerza, recibiendo un golpe en el proceso, sin lograr dejar de llorar no paraba de preguntarse qué hizo para merecer ese trato, esto lo merecía el que se había llevado a sus amigos, él no lastimó a nadie, solamente los quería de regreso.
Le dieron una semana de cárcel por hacer disturbios en vía pública, a él ya no le importaba otra cosa que no fuese buscar a los otros, solo se quedaba mirando hacia el techo mientras las horas pasaban.
Al caer la noche durmió un poco, en su sueño ahí estaban, los tres, mirándolo en el Parque Peñalver como hace unas semanas antes de que todo se desmoronara.
Sintió como si le dieran un abrazo a su corazón, ellos eran su familia, intentó acercarse, pero apenas dio un paso sintió unas cadenas a cada lado de sus manos que le impedían avanzar, trató de ir hacia ellos desesperado, pero nada funcionaba.
El cielo se nublaba y escuchó un leve silbido que provenía del bosque, giró la cabeza intentando ver de quién se trataba, logrando ver una silueta en la oscuridad de los árboles, al volver la vista se había hecho de noche y sus amigos ya no estaban.
Comenzó a sollozar un poco, sintiendo un escalofrío a sus espaldas, seguido de un grave susurro, que le decía que él sabía cuál era la manera de volver a estar con ellos.
Nadie sabe con certeza que fue lo que sucedió esa vez, pues en la mañana los policías que pasaron por su celda la encontraron vacía y con un charco de sangre en el suelo.
Nadie lo buscó, ni a él ni a los otros, las cosas continuaron tranquila para todos, excepto para sus familiares, quienes no obtuvieron respuesta alguna por ellos.
Algunos dicen que si vas a esos lugares buscando respuestas logras escuchar ese silbido.
Valencia puede ser una ciudad muy hermosa, pero las historias advierten a los curiosos que no desafíen los secretos de la ciudad.
“Cada persona elige si creer o no, pero si decides buscar, ten cuidado, porque aquellos que lamentablemente encuentran… no siempre regresan”
Gabriela Valentina Pernía Araque
5to año “B’
Colegio Santa Rosa
(Una mención aparte para las docentes asesoras Profesoras Ligia Mundo y Milexys Castillo)
De verdad que muy contento
por todas estas historias
y Valencia lo agradece
por cuidar su memoria
Dios bendiga a todos los participantes
Don Pío Lara