Acabar con los pobres

En tanto que la pobreza se multiplica aceleradamente, la clase media se encuentra en una acelerada vía de extinción

“El reto es no permitir por más tiempo que los hijos de la pobreza de hoy, se conviertan en los padres de la pobreza en el mañana.”

Luis A. Ferre

“La pobreza en Venezuela es muy alta y se mantiene en niveles alarmantes. En 2024, el 86% de la población venezolana vive en la pobreza, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF)”

Con este titular arrancamos esta semana. Los números que aparecen otra vez en el tapete noticioso nos muestran la inocultable dimensión del retroceso. Nuestro país tiene una de las inflaciones mayores del mundo, con un salto del costo de vida alarmante.

Así las cosas, en tanto que la pobreza se multiplica aceleradamente, la clase media se encuentra en una acelerada vía de extinción. Por más que se empeñe el régimen en maquillar, disfrazar u ocultar la ineludible realidad, a pesar de haber dilapidado la mayor suma de petrodólares que gobierno alguno se hubiese imaginado, lejos de solucionar el problema de la pobreza, cada día será mayor la cantidad de pobres.  Estos irresponsables en su absurda “búsqueda de la equidad” en su empeño de demostrar las bondades de un parapeto llamado "Socialismo del Siglo XXI", con bienes ajenos pues ni el Estado es de ellos así como tampoco las pocas empresas verdaderamente productivas o las fincas que cumplían con la producción agroalimentaria  ahora expropiadas  o invadidas que hoy son el vivo (perdón tal vez muerto sea más exacto) ejemplo de mediocridad que en su alocado intento de igualar por lo más bajo, de sustituir la calidad por la cantidad, nos arrastraron a la imprecisión, al gasto desenfrenado, a las promesas demagógicas y populistas de imposible cumplimiento, y sobre todo, a una criminal corrupción.  Una simple transferencia de fondos, incluso si es para las víctimas de la pobreza, ni la erradicará ni la reducirá. Apenas aliviará los síntomas de pobreza a corto plazo.

Está comprobado: La riqueza y el bienestar no las crean los gobernantes, sino la laboriosidad de los pueblos. El deber del gobierno es crear las condiciones para que el pueblo produzca riqueza y haya bienestar. El problema de fondo es cómo se va a generar el crecimiento económico, pues –como lo hemos mencionado en otras ocasiones- la pobreza, como problema social, es una herida delicada y profunda que contagia cada dimensión de la sociedad. Incluye un bajo nivel sostenido de los ingresos de los miembros de una comunidad, así como la privación de acceso a servicios como educación, salud o posibilidad de tomar decisiones.

Quedó demostrado con el proceso electoral del 28/07 que ya ese mal llamado “soberano” se transformó en ciudadano, se cansó de esos demagógicos mensajes que sentenciaban que ser pobre no es malo y que vivir en la miseria y la ignorancia es algo de lo cual nos debemos sentir orgullosos, pues en fin de cuentas ser pobre no es ser bueno … es ser pobre.  Pobreza es carencia, falta, ausencia de algo y, en tal carácter, una noción negativa que nos refiere de inmediato a su antónimo, la riqueza. El escritor chileno Antonio Skarmeta, al referirse al lenguaje y la formación de los pobres, anotó: “El pobre, aquel hombre o mujer, que va a colegios de escasos recursos, siente el lenguaje no como un instrumento que le permitirá lograr sus anhelos y mejorar su situación económica, sino como un barrera cuyos códigos de seducción no domina. Es cierto que los mensajes escuetos que circulan en la red fomentan y propician el mal uso de la lengua: la formulación de sentimientos e ideas complejas aparecen trituradas en la emisión de fórmulas escuetas. Estas, casi inevitablemente, conducen al lugar común. Los pobres, hablando en internet y sus variados géneros, se hacen la ilusión de que están accediendo a una sociedad democrática..."

Son cada día más los venezolanos que nacen condenados a no tener acceso a una formación de calidad que realmente les permita poder vivir con dignidad, puesto que la manera perversa de mantener esta espiral del atraso es seguir dando una educación pobre a los pobres. Lo repetiremos hasta el cansancio: la única y verdadera posibilidad de cambio dependerá de la capacidad de ofrecer una educación de calidad a los más pobres. La pobreza, puesto que es un problema social, exige una solución social. Esta solución es la supresión clara, consciente y deliberada de los cinco factores más importantes de la pobreza, a saber: la ignorancia, la enfermedad, la apatía, la corrupción, y la dependencia. Que lo tenga presente quienes releven a estos irresponsables: la transparencia es fundamental a la hora de emprender cualquier programa social de la magnitud que se requiera; nunca bastará la sola intención de la demagógica compra de votos y voluntades.

Fernando Savater - quien aboga por “declarar ilegal la pobreza” - recordaba, hace algún tiempo, que cuando triunfó la “Revolución de los claveles” en Portugal, su líder máximo, Otelo Carvalho, le dispensó una visita al entonces Primer Ministro sueco Olof Palme, para solicitarle ayuda, le dijo algo así como “necesito ayuda, quiero acabar con los ricos”, y Palme, le respondió, “tenemos un pequeño problema, una pequeña divergencia, yo lo que quiero es acabar con los pobres”

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Manuel Barreto
Manuel Barreto

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