Pocos países pueden darse el lujo de presumir a un personaje como Simón Bolívar, más allá de sus virtudes y desaciertos, que todavía son motivo de debate, no hay duda de que se trata de un grande que cambió el curso de la historia. Sus ideales permanecen vigentes, y su imagen forma parte del acontecer social y político de millones de personas de diversas naciones.
Si alardear su vida y su origen venezolano es necesario, también lo es destacar sus logros, darlos a conocer con fines educativos, culturales y turísticos, con el objetivo de fortalecer la marca de nuestra región y del país. Aunque Bolívar nació en Caracas, es en Carabobo donde se ubica un hito importantísimo de su trayectoria.
La Batalla de Carabobo le otorga a El Libertador la victoria más significativa de su vida, que lo consagró como un estratega militar fuera de serie. Fue el episodio que le permitió materializar la libertad de su país, derrotar al ejército español, y afianzar la construcción de su proyecto político.
Así lo escribió el mismo Bolívar desde Valencia, el 25 de junio de 1821, un día después de la batalla: “Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político la República de Colombia”. El triunfo de Carabobo dibuja la libertad de Venezuela, y abre las puertas para el nacimiento de nuevas naciones del continente americano.
¿Qué ha pasado tantos años después con la memoria de la batalla? ¿Es un legado que se revaloriza o se mantiene por inercia? ¿Qué hace Carabobo con esta herencia? A veces parece que la batalla quedó solo para nombrar instituciones educativas, ser parte del vocabulario del mundo militar, o para que la silueta del Arco del Triunfo de Campo Carabobo adorne la imagen de organismos públicos.
Además de estudiarla un par de veces para aprobar algún examen de primaria o secundaria, ¿qué ha hecho la sociedad civil y el ciudadano común con la estremecedora victoria de Simón Bolívar en suelo carabobeño?
Hace poco, una marca de chocolates llamada Kcao Flower decidió crear una edición especial de sus tabletas, inspiradas en el bicentenario de la toma de Puerto Cabello. Se asesoraron con la Academia de la Historia, una artista local hizo ilustraciones para los empaques, y asociaron sabores de ingredientes con momentos históricos.
¿Las anécdotas y los personajes de la batalla pudieran ser una fuente de inspiración para iniciativas independientes en el mundo de la música, la moda, el arte, el turismo o la gastronomía? Qué maravilloso sería que la sociedad se adueñara de la gloria de Carabobo y su fuerza de libertad, que fuese un tema que inspirara a creativos de distintas áreas, que se creara una marca tan importante que moviera la economía y el turismo cultural.
Porque mucha gente de muchos lugares tendría que venir a Carabobo para aprender cómo nació Venezuela. Así que la pregunta es: ¿Qué hacemos con la Batalla de Carabobo?
@eduardomonzn