Con un vidrio de por medio, por tan solo 10 minutos y escuchándolo a través de un teléfono, Nadia* pudo ver a su hijo Andrés*, después de dos meses.
A la madre le costó reconocer a su hijo, estaba muy delgado, con la cabeza rapada y un uniforme azul claro, que le dieron al ingresar al Centro Penitenciario de Aragua, en Tocorón, estado Aragua, a donde lo trasladaron el 20 de agosto, publicó Crónica Uno.
“Mamá, aquí la comida es mala. Yo me estoy sintiendo muy mal En estos días días nos dieron carne molida dañada y eso fue lo que me enfermó. Pero no puedo hacer nada. Si es lo que nos dan, me lo tengo que comer", aseguró Andrés quien, por consumir la comida en mal estado, estuvo varios días con diarrea, fiebre y ahora pesa 10 kilos menos.
En el corto período de visita no le pudo dar mayores detalles a su madre, ya que el área está vigilada por custodios. Al lugar pasan en grupos de 10 mujeres, quienes se comunican con su familiar a través de cabinas telefónicas.
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Andrés contrajo el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), en el año 2000, por hacerse unos exámenes de laboratorio con una aguja infectada. Durante 15 días no tomó los antiretrovirales con los que trata su enfermedad porque en Tocorón se negaron a recibir los medicamentos.
“Yo se los había llevado, pero no me permitían pasarlo porque necesitaban informe del mismo médico de allá", cuenta Nadia.
Tras una visita al Ministerio para el Servicio Penitenciario, logró que Andrés recibiera los medicamentos desde el lunes, 7 de octubre. Sin embargo, los 15 días que estuvo sin su tratamiento su salud se deterioró.
Andrés fue detenido el 9 de agosto, dentro del urbanismo en el que reside, cercano a Las Mayas –se omite el nombre por seguridad–, mientras un vecino lo llevaba a su trabajo.
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