ESTILO

Una sección hecha a la medida de los seguidores de tendencias de moda, la cultura del trapo y el estilo de vida de quienes la protagonizan

Definiendo la (difusa) figura del estilista de moda

El estilista de moda se ha establecido como figura clave para producir la glamorosa e imitada imagen de celebridades, modelos y amantes de la moda por igual

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Law Roach, estilista de actrices como Zendaya y Anya Taylor-Joy, se ha convertido en celebridad por cuenta propia. (Foto: Instagram @luxuryroach

En algunas latitudes criollas todavía cuesta un poco distinguir la figura del estilista, un término que por muchos años se usó -por lo menos en Venezuela- para definir al oficio del peluquero, quizás como una imprecisa traducción del inglés “hair stylist”. Hoy, el gusto local por la moda, sumado al creciente número de emprendimientos en el área de la vestimenta, reclama que conceptos como éste queden claros por lo menos en el imaginario de quienes se dicen interesados en el área.

En el campo de la moda, hablar de estilismo -así, sin apellidos- es referirse al trabajo creativo de producir un concepto, una visión general de la imagen y, en resumen, un mensaje no verbal que se transmite a través del arreglo de una persona, aunque en algunas ocasiones este mensaje se logre transmitir sobre otros lienzos, empujando así los límites preconcebidos del trabajo.

Estilismo: no sólo para modelos y celebridades

Grace Coddington, por años estilista de Vogue USA, es una de las figuras más respetadas de la industria de la moda. (Foto: campaña para Louis Vuitton)

El trabajo del estilista se reconoce mayormente por conceptualizar editoriales de moda para revistas, o los atuendos de algunas celebridades que contratan sus servicios para apariciones públicas como alfombras rojas y ruedas de prensa, algunas veces convirtiéndose en figuras públicas por cuenta propia. Su visión puede también requerirse para plantear la manera en que las piezas de una marca o diseñador son presentadas en público. También es cierto que este servicio no es exclusivo para modelos y celebridades, sino que puede ser adquirido por cualquiera que aprecie su punto de vista en el diseño de su imagen personal.

Siguiendo o ignorando tendencias de moda; apegándose a las reglas del “buen gusto” o retándolas con vehemencia; con un estilo reconocible que marca tendencia o una versatilidad con la que navega diferentes plataformas, este oficio reclama no sólo tener una visión y una sensibilidad estética, sino también saber cómo respaldarla con referencias conceptuales que pueden citar aspectos que van más allá del universo del trapo, como el arte, lo usos y costumbres y la política.

Mucho más que ropa

Rachel Zoe, que impulsó el estilo "boho chic", popularizó el oficio de estilista en su reality show "The Rachel Zoe Project". (Foto: Bravo)

Así, prendas de vestir, accesorios, maquillaje y muchos más artefactos disponibles en la galaxia del arreglo personal, quedan bajo la batuta del estilista, que para llevar a cabo su visión con éxito, requiere entonces de dotes de relacionista público para así ganar la buena colaboración de diseñadores, peluqueros, maquilladores, agentes de prensa y demás creativos, cada uno con aportes artísticos y conocimientos técnicos especializados en su área.

Puede que en simples palabras, como muchos otros oficios de la moda, el estilismo suene como un trabajo glamoroso. Y vaya que el resultado puede hacer que muchos sueñen con vivir en los mundillos maravillosos que el estilismo puede crear. La realidad es que, como la mayoría de los trabajos ligados a la moda, el estilismo reclama pasión, trabajo arduo y en equipo, conocimientos específicos y mucha resiliencia.

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Law Roach, estilista de actrices como Zendaya y Anya Taylor-Joy, se ha convertido en celebridad por cuenta propia. (Foto: Instagram @luxuryroach

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