El zar de la frontera de Estados Unidos, Tom Homan, respondió a la carta que el Papa Francisco envió el martes a los obispos estadounidenses, diciendo que el Sumo Pontífice debería dejar la aplicación de la ley fronteriza a su oficina. Además, le recordó que el Vaticano es un estado-ciudad rodeado de muros fortificados.
No es la primera vez que Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, ha puesto la atención a los migrantes en primer plano, tal como lo recuerda el portal "Voz de América" en una nota extensa sobre la nueva intervención del Papa, esta vez en el terreno de la política estadounidense.
Francisco se apega al mandato bíblico de “acoger al extranjero” al exigir que los países acojan, protejan, promuevan e integren a aquellos que huyen de conflictos, de la pobreza y de desastres climáticos. También ha dicho que se espera que los gobiernos hagan todo lo posible dentro de los límites de sus capacidades.
La respuesta de Homan al Papa
Homan, de fe católica, dijo que Francisco debería arreglar la Iglesia Católica y dejar la protección de la frontera estadounidense a su departamento, según la nota de VOA, cuyo extracto mostramos a continuación.
"Él quiere atacarnos por asegurar nuestra frontera. Tiene un muro alrededor del Vaticano, ¿no es cierto?", dijo Homan a los reporteros en un video de The Hill publicado en X. "Así que tiene un muro alrededor que protege a su gente y a sí mismo, pero no podemos tener un muro alrededor de Estados Unidos".
El Vaticano, un estado-ciudad amurallado de 44 hectáreas (108 acres) dentro de Roma, aumentó recientemente las sanciones para cualquiera que ingrese ilegalmente al territorio. La ley de diciembre prevé una pena de prisión de hasta cuatro años y una multa de hasta 25.000 euros (25.873 dólares) para cualquiera que ingrese con “violencia, amenaza o engaño", por ejemplo, al evadir los puntos de control de seguridad.
Los obispos católicos en Estados Unidos
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ya había emitido una declaración inusualmente crítica tras las órdenes ejecutivas iniciales de Trump. Dijo que aquellas "enfocadas en el tratamiento de inmigrantes y refugiados, la ayuda exterior, la expansión de la pena de muerte y el medio ambiente, son profundamente preocupantes y tendrán consecuencias negativas, muchas de las cuales perjudicarán a los más vulnerables entre nosotros".
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Fue una fuerte reprimenda de la jerarquía católica de Estados Unidos, que considera el aborto como la “prioridad preeminente” para los votantes católicos y que había aplaudido la decisión, tomada en 2022 por la Corte Suprema, de poner fin a las protecciones constitucionales para el aborto, la cual fue posible gracias a los jueces nombrados por Trump. Trump ganó 54 % de los votos católicos en las elecciones de 2024, un margen más amplio que el 50 % en las elecciones de 2020, donde ganó el expresidente Joe Biden, de fe católica.
No es infrecuente que un papa se dirija a los obispos o fieles de un país para entregar un mensaje específico. Pero es raro que un papa se pronuncie sobre un programa político específico de un país con tal carta, aunque la migración es ciertamente un tema que la Iglesia Católica de Estados Unidos ha tenido al frente de su agenda durante mucho tiempo.
Los desacuerdos de Francisco y Trump por la migración
El jesuita argentino y el presidente Donald Trump ya han tenido desacuerdos sobre la migración, incluso antes de la primera administración de Trump, cuando Francisco en 2016 dijo que cualquiera que construya un muro para mantener fuera a los migrantes en lugar de puentes “no es cristiano”.
En la carta, Francisco afirma que los países tienen derecho a defenderse y a mantener a sus comunidades a salvo de delincuentes.
“Dicho esto, el acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión “, escribió.
Citando el Libro del Éxodo y la propia experiencia de Jesucristo, Francisco reafirmó el derecho de las personas a buscar refugio y seguridad en otros lugares y describió el plan de deportación como una “gran crisis” que se desarrolla en Estados Unidos.
Cualquiera que esté educado en el cristianismo “no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”, dijo.
“Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará”, escribió.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo la semana pasada que más de 8.000 personas habían sido arrestadas en acciones de control migratorio desde que Trump asumió la presidencia el 20 de enero. Algunos han sido deportados, otros están detenidos en prisiones federales y otros están retenidos en la Base Naval de Guantánamo, en Cuba.
Con información de VOA