Mirelys Casique es enfática al decir que los migrantes venezolanos detenidos en El Salvador están secuestrados. Ella, madre de Francisco García Casique, no sabe nada de su hijo desde aquel sábado 15 de marzo, cuando se despidió de él por teléfono y lo esperaba en Venezuela. Sin embargo, la sorpresa para Mirelys fue ver a su hijo entre los 238 venezolanos llevados de forma irregular a una prisión de máxima seguridad en el país centroamericano.
Hasta la fecha, ni Mirelys, ni los otros familiares de los venezolanos en El Salvador saben algo sobre los detenidos. Los abogados que intentan presionar al gobierno de Nayib Bukele para tener información tampoco han sido exitosos y Mirelys asegura la ONU debería pronunciarse respecto a este tema.
“Yo no sé tanto de leyes. Pero lo que sí me quedó claro, en mi ignorancia, es que eso es un secuestro. Porque ellos fueron engañados desde ese día, que supuestamente venían a Venezuela. ¿Cómo es que terminaron en El Salvador? Sin poder hablar y sin derecho a nada. Eso es un secuestro”, dijo Mirelys Casique a Efecto Cocuyo.
Mientras tanto, los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador todavía guardan silencio y no explican las razones por las que estas personas siguen detenidas en el país centroamericano, pero tampoco ofrecen una lista oficial con los nombres de los migrantes trasladados.
Migrantes venezolanos detenidos en El Salvador a la deriva
Una de las principales exigencias de las diversas organizaciones que defienden los derechos de los migrantes es que se conozca el estado de salud de las personas que fueron llevadas de forma irregular a El Salvador. Han pasado tres semanas y todavía no hay, ni siquiera, una fe de vida.
Equipos legales se han acercado a las autoridades salvdoreñas para solicitar el habeas corpus de los detenidos y tampoco han tenido éxito. La ONG salvadoreña, Cristosal, se ha dedicado a hacer una compilación de los familiares de las personas detenidas en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) con el objetivo de canalizar de mejor manera las exigencias de los venezolanos.
Sin embargo, hasta la fecha no se tiene información oficial sobre los migrantes venezolanos que fueron ilegalmente trasladados a El Salvador.
“Cristosal realizó una solicitud de información sobre este procedimiento, sobre estas personas, sus identidades, su condición jurídica y otros aspectos y como ya es costumbre en El Salvador, una costumbre ilícita, la información fue declarada reservada por razones de seguridad y no fue entregada”, dijo David Morales, de Cristosal, sobre traslado de venezolanos a El Salvador.
Organizaciones como Wola y Amnistía Internacional también han solicitado transparencia al gobierno de El Salvador. Mientras que las autoridades venezolanas no han tenido éxito en elaborar una relación de intercambio con el gobierno de Nayib Bukele.
El debido proceso en El Salvador y Venezuela
Para nadie es un secreto que el gobierno de Nayib Bukele ha basado gran parte de su política en la seguridad ciudadana. Desde su elección, en 2019, el joven político centroamericano tuvo como principal bandera el control de los grupos armados que tenían bajo asedio distintas zonas del país.
Sin embargo, este tipo de políticas, y el posterior apoyo de las personas, dieron a Bukele luz verde para establecer medidas sumamente polémicas y, en muchos casos, violatorias de los derechos humanos. La ONG Cristosal asegura que ha recibido 3.802 denuncias de abuso de poder y detenciones arbitrarias en el país y que, en la mayoría de los casos, no se permite conocer el estado de salud de las personas detenidas.
Además, han muerto 368 personas bajo custodia del gobierno de El Salvador entre 2022 y 2025. La ONG destaca que también se han dado operativos militares y policiales que han sido caracterizados por la violencia.
Curiosamente, aunque se muestren en las antípodas políticas, los gobiernos de El Salvador y Venezuela se parecen en el asunto de las libertades y del respeto al debido proceso. Por eso llama la atención la vehemencia con la que Miraflores se manifiesta sobre la situación de los migrantes venezolanos en El Salvador, pero hacen caso omiso a reclamos similares sobre los presos políticos y las violaciones al debido proceso en el país sudamericano.
Mirelys Casique sigue a la espera de su hijo
La venezolana Mirelys Casique es una de las tantas madres que todavía espera ver la cara de su hijo, o al menos escuchar su voz. La última vez que supo de Francisco fue el sábado 15 de marzo. Él estaba en Texas, la llamó y le dijo que en breve se montaría en un avión rumbo a Venezuela.
No obstante, casi tres semanas después, Francisco no solo no ha vuelto a casa, sino que está injustamente recluido en una cárcel de máxima seguridad. “Ha pasado mucho tiempo. Los abogados tratan de ayudarnos y seguimos esperando. No sabemos nada todavía, pero ya le hemos pedido a la ONU que se pronuncie sobre el tema”, explicó Mirelys Casique a Efecto Cocuyo.
La madre venezolana asegura que lo que ocurre con su familiar, y otras 237 personas, es un secuestro y no una detención. “Toca activar los mecanismos para defender a nuestros familiares ante el secuestro”, enfatizó Mirelys en conversación con Efecto Cocuyo.