Mariano estuvo al filo de la muerte. Con apenas cinco años de edad, le tocó vivir una desagradable experiencia en un hospital, debido a la ola de dengue que se registra en el estado Carabobo. Una de las zonas afectadas es donde vive, en Colinas de la Guacamaya, en Valencia, una comunidad con más de 20 años de desidia.
Desde el 2003, muchos de sus habitantes comenzaron una lucha con los entes gubernamentales para que les ayuden a solucionar el problema que tienen con las aguas negras en esa comunidad, sobre todo en la calle Rafael Urdaneta, que está intransitable.
Las calles en Colinas de la Guacamaya, sector A, son de tierra. Cuando llueve, en algunos tramos, es complicado el acceso en carro. En la Rafael Urdaneta solo se camina por un extremo debido al colapso de las cloacas y el monte.

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Las aguas residuales son criadero de larvas. Algunos de los lugareños aseguran que gracias a eso se han registrados varios casos de dengue en la comunidad. Uno es el de Mariano, quien logró salir de peligro gracias a Dios y a ayudas de parte de un voluntariado civil que se encarga de apoyar a los niños en estado crítico en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera.
"El niño casi se me muere. Le dio un paro por complicaciones por dengue. Entonces, yo le hago un llamado al gobernador Rafael Lacava, al alcalde Julio Fuenmayor, para que vengan a las Colinas de la Guacamaya. Están adelantando la Navidad, pero que vengan para que vean a unas familias sufriendo, unos niños enfermos. Aquí vivimos como en una jungla", criticó César Arteaga, abuelo de Mariano. "Ni siquiera envían una cuadrilla para fumigar contra el mosquito transmisor del dengue".
Cloacas en casas de Valencia
Cuando llueve, las aguas negras brotan e inundan las casas. Una de las más afectadas es la de Josefina de Guaina. Las cloacas cubren el piso de su vivienda y generan enfermedades. De hecho, uno niña que reside allí sufrió meningitis y estuvo a punto de fallecer, debido a la contaminación que hay en el lugar.

"Estamos cansados de esta situación. Señor gobernador, usted ha venido a esta comunidad, a la base de misiones. A una cuadra estamos nosotros, viviendo llenos de cloacas", agregó la vecina.
Pero el problemas de las aguas residuales va más allá. Dos de los integrantes de esa comunidad, quienes también tenían una lucha para que les solventaran el problema, fallecieron a causa de infecciones respiratorias, causadas, presuntamente, por la contaminación que hay en la comunidad.