Pinceladada Nro.699 desde el 01-VIII-2012.
Pincelada Histórica.
Madrugada del 17 de abril de 1818
El Libertador en su afán emancipador, fue objeto de varios atentados fallidos:
Procedente de Angostura, Bolívar llegó al hato apureño de Cañafistola, donde se reunió por primera vez con Páez el 31 de enero de 1818. El 6 de febrero presenció "la Toma de las Flecheras", llegó a Villa de Cura el 10 de marzo; fue derrotado el 16 de marzo por el jefe realista Pablo Morillo en la quebrada "El Semen", cerca de San Juan de los Morros, sitio también conocido como ''La Puerta'', tercera derrota en el mismo sitio.
El 19 de marzo, llegó a "El Rastro" cerca de Calabozo. El 16 de abril acampó con seiscientos soldados de Infantería y ochocientos de caballería, en una arboleda conocida como "Mata", de la hacienda "El Rincón de los Toros", cerca de San José de Tiznados, (municipio Ortiz del Edo. Guárico), a poca distancia de la hacienda ''El Totumo'', propiedad de la familia Bolívar, sitio natal de la "Negra Matea", considerada:
La primera maestra del futuro Libertador
El coronel realista, el barinés Rafael López, conocido como "El Segundo Lopez", al frente de cinco escuadrones, con la misión de impedir que se unieran el ejército de Bolívar con el de Páez, luego de capturar a un sargento auxiliar del Capellan, buscando su caballo escapado del campamento; al ser interrogado informó el "Santo y Seña", ( papelón con queso), y detalles del área de reunión patriota, envió al capitán, el español Tomás Renovales con ocho soldados, a ingresar la noche del 16 al campamento.
El oficial de guardia al ver a Renovales le pidió el Santo y Seña. La respuesta fue correcta, y al preguntarle el motivo de su presencia, contestó que traía un mensaje al Jefe Supremo.
Bolivar se encontraba descansando en su hamaca en el sector del estado mayor. Cuando el coronel Francisco. De Paula Santander llamó a Bolívar, éste instintivamente no contestó; Renovales aprovechando la oscuridad, abrió fuego hacia donde se encontraban las hamacas; tres balas pasaron por encima de la cabeza del Libertador, hiriendo a su cabalgadura en el cuello. El capitán realista se retiró pensando haber cumplido la misión encomendada. En la acción murieron varios soldados republicanos.
En la confusion, Bolívar recibió una coz de su caballo; los soldados que pudieron desengancharse del sorpresivo ataque, salieron del campamento; se corrió la voz de la muerte de Bolívar. En la madrugada todo era confusión.
El coronel López en la madrugada llegó con sus escuadrones, causando trescientas bajas. Fallecieron los coroneles republicanos Mateo Salcedo y Fernando Galindo, (abogado defensor del general Manuel Piar en Angostura) .
Sufrieron igual destino el sacerdote Esteban Prado, Capellán, y el sacristán que lo acompañaba. También murieron en la fatal noche, los jóvenes oficiales, coronel Silvestre Palacios y los tenientes coroneles Mariano Plaza, José Francisco Pertero y Juan de Dios Morales .
El comandante Florencio Tovar y 150 llaneros, quedaron prisioneros, luego fueron fusilados. Bolívar al quedar sin montura, pidió una a un comandante de apellido Serrano, quien la negó, en cambio un soldado de apellido Martínez le facilitó una mula que Bolívar no pudo montar.
En la acción bélica el ejército republicano perdió miles de cartuchos y piedras de chispa, 400 fusiles, 400 lanzas, 20 machetes, mulas y caballos.
El coronel Rafael López falleció en la acción, cuya cabalgadura y los estribos de plata, la entregó al Libertador el valeroso sargento maturinés Leonardo Infante.
Bolívar con pocos soldados pudo llegar el 17 de abril a las poblaciones de El Rastro y Calabozo; entró a Guadarrama el 24; finalmente llegó el 29 a San Fernando de Apure; allí por quebrantos de salud, ( forúnculos), reposó durante un mes. El 24 de mayo salió de San Fernando hacia Angostura adonde llegó el 5 de junio. El 27 fundará el semanario "Correo del Orinoco".
El propio Bolívar narró así el episodio del Rincón de los Toros:
"Diego Ibarra regresó en aquel momento, yo estaba sentado en mi hamaca, poniéndome las botas; Santander seguía hablando conmigo; Ibarra se acostaba, cuando una fuerte descarga nos sorprende. El general Santander gritó en el mismo instante: ¡El enemigo!. Los pocos que éramos nos pusimos a correr hacia el campo, abandonando nuestros caballos y cuanto había en la "Mata". La oscuridad nos salvó, pero enseguida vino el ataque al campamento donde 900 patriotas fueron derrotados por unos 500 realistas. Me encontraba perdido en medio de la sabana, cuando vino hacia mí Leonardo Infante y me dio un caballo que había arrebatado a los españoles. Fue así como pude unirme a nuestras tropas".
Fin de la cita.
Bolívar en carta a Santander el 9 de febrero de 1825, se autocalificaba "el hombre de las dificultades'', pero ante las adversidades su lema era ¡triunfar!