Bajo la mirada maternal de Nuestra Señora del Socorro, patrona de Valencia, la Basílica Catedral fue el centro de encuentro de un nutrido número de clérigos y cientos de fieles, que se unieron este sábado 26 de abril para pedir por el alma y agradecer por el pontificado del Papa Francisco, quien falleció el lunes, a los 88 años de edad.
La celebración fue presidida por el Arzobispo de Valencia y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Jesús González de Zárate Salas, quien en su homilía expresó sus más profundas palabras de gratitud por la vida y acción pastoral de Francisco.
“La Iglesia y el mundo llora la partida de quien, como sucesor del apóstol Pedro, presidió en la caridad a la Iglesia universal por más de doce años, y agradece a Dios sus grandes y pequeños gestos de atención pastoral y su magisterio de gran profundidad y alcance evangelizador”, manifestó el arzobispo de Valencia al inicio de su reflexión; evocando no sólo la tristeza sino la esperanza que vive la Iglesia.

El también presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, agregó: “Lo llora Venezuela, siempre tan cercana al corazón del Papa Francisco y motivo permanente de su oración, quien agradece su constante preocupación por la vida de nuestra patria, y el regalo de la canonización de José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles”.
La misericordia, un tema prevalente en el papa Francisco
El prelado carabobeño enfatizó que durante el ministerio de Francisco abordó diversos temas pastorales: “La misericordia es un tema central en el magisterio del papa. Lo expresa su lema episcopal que constituye todo un programa de su vida y de su ministerio pastoral, "miserando atque eligendo", esto es "habiendo tenido misericordia de Él y lo eligió". Por eso llevó adelante iniciativas tan significativas como el Año Santo de la Misericordia celebrado a partir del 8 de diciembre de 2015”.
Monseñor González Zárate recordó la convocatoria del Santo Padre “Por eso nos invitó a «primerear", a saber adelantarnos, a tomar la iniciativa sin miedo, a salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos, para invitar a los excluidos. A experimentar un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva”.

El arzobispo de Valencia colocó el alma del papa Francisco en las manos de la Virgen María, al concluir su reflexión: “Encomendemos a la maternal intercesión de la Virgen María, la que ruega por nosotros «ahora y en la hora de nuestra muerte", al pastor fiel y solícito, cuyos restos mortales, desde hoy, descansan hasta la hora del juicio definitivo, junto a su altar”.
En el homenaje que se brindó en Valencia al primer pontífice latinoamericano estuvieron presentes representes del gobierno regional, de la sociedad civil, líderes de otras confesiones religiosas y centenares de fieles de distintas comunidades parroquiales de Carabobo.
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Con un espíritu de gratitud y esperanza, la Arquidiócesis de Valencia, en Venezuela en comunión con la Iglesia universal despidió al 266º sucesor del apóstol Pedro: un pastor humilde, un servidor apasionado del evangelio y un hombre que supo vivir y morir "con olor a ovejas".
Prensa Arquidiócesis de Valencia