¿Cuál unidad, la unidad de quién?

Para una nueva cultura política es fundamental la redefinición, una nueva lectura de la famosa Unidad

A partir de lo ocurrido el 28 J, sostengo qué se plantea un punto de partida que anuncia un escenario para redefinir una nueva cultura política, que reclama una revisión, redefinición, de asuntos cruciales, tales como la presencia de los ciudadanos como nuevos actores políticos; una nueva visión política de cambio, más allá del electoralismo burocrático.

Para una nueva cultura política es fundamental la redefinición, una nueva lectura de la famosa Unidad. ¿Cuál unidad, la unidad de quienes, con cuáles propósitos?

En nuestra política hay palabras, “unidad" por ejemplo, que terminan vaciadas de su sentido originario. Son recargadas de
intereses adversos, su uso utilitario, manipulatorio, terminan por fatigarlas, terminan como en estado vegetal. Nunca más son
repensadas, queda solo el marco donde antes estuvo contenido un poderoso y bondadoso deseo social.

La cultura política del pragmatismo, ascender para beneficiarse de los cargos y dineros públicos, irrigó la implantación de un modelo electoral, surtido de conductas, maniobras y recursos políticos, el cual incluyó la "unidad" como mecanismo rendidor. Una alianza, marcada desde su configuración, con un propósito meramente burocrático y aritmético, a cuyos representantes les parece obvias o superfluas, las razones políticas sobre el país, la región, la comunidad, solo se las usa como atractivo de marketing, en el fondo son simplemente "paja”, “poesía", promesas usables mientras dura la campaña.

Esta "unidad" termina el día que los representantes de las organizaciones partidistas, también personajes de ocasión, resultan
electos. Los ciudadanos electores son desconectados de las decisiones de "sus representantes “hasta el nuevo proceso
electoral”.

Cada proceso electoral, la palabra "unidad" reaparece, las siglas de organizaciones partidistas, viejas y creadas para la ocasión, resucitan conversaciones y agonías: “el primer puesto a la AN para XXX, el Segundo para RIP, el tercero para QEPD"…y así sucesivamente se negocian las esperanzas del país.

Se conforma así el Frente Unitario para Salvar a Venezuela (Fusabe), del cual nadie sabrá hasta el nuevo proceso, que corresponda ascender de concejal para diputado o alcalde etc.

Es fundamental y necesaria la emersión de una cultura política que consagre, desarrolle el protagonismo de los ciudadanos, redefina y construya, una UNIDAD nítida, transparente, alrededor de una política, no de cargos burocráticos. Que privilegie los intereses de la Nación, de la ciudadanía, con un propósito político de cambio democrático, para una Venezuela próspera, de oportunidades para todos.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

¿Cuál unidad, la unidad de quién?

Luis Enrique Vizcaya
Luis Enrique Vizcaya