Menos de seis dólares. Eso es lo que han recibido los cerca de cinco millones de pensionados y jubilados del país como pago de los aguinaldos correspondientes a este año. Un monto insuficiente para satisfacer sus necesidades y que es equivalente al costo de un cartón.
Con el pago de la pensión del 21 de octubre vieron reflejado en sus cuentas bancarias dos meses, cada uno de 130 bolívares. Lo mismo ocurrió en noviembre y, hasta ahora, desconocen si tendrán otra remuneración o bono adicional.
El integrante y coordinador del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de los Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores del estado Carabobo, José Rivero, pidió al gobierno que autorice otra remuneración para que los jubilados y pensionados puedan comprar los ingredientes de las hallacas o, incluso, visitar a sus familiares en estas fechas.
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Recordó que hace más de dos décadas ellos podían pasar Navidad y Año Nuevo de una manera muy diferente. “En esta época yo viajaba con toda mi familia al oriente del país, o íbamos al estado de Falcón pasando unas navidades felices y venían con dinero de vuelta después de 15 días de estar con nuestros familiares y amigos. Hoy ni siquiera podemos ir a la plaza Bolívar porque no tenemos pasajes suficientes para cubrir esa necesidad”.
Jubilados en exterminio
No se trata solo de los aguinaldos. Desde marzo de 2022, el salario mensual que reciben los jubilados y pensionados del país es de 130 bolívares que, en ese momento, representaban 30 dólares, lo que significa que hasta noviembre de este año la devaluación ha sido de más de 80%.
Rivero expresó que cada día la vida de todos los ancianos de Venezuela desmejora como consecuencia de los mermados ingresos que reciben. “La realidad que vivimos todos los jubilados y pensionados del estado Carabobo es realmente de exterminio”.
Relató que son múltiples las dificultades que tienen para comprar medicinas y toda la alimentación que requieren al mes.
Como muchos, él prestó 25 años de servicio en la Universidad de Carabobo (UC) y se le hace imposible realizar alguna planificación presupuestaria porque, por lo general, lo que cobran ya lo deben al tener que pedir dinero prestado para compensar el déficit.
“Si compramos dos plátanos verdes, no podemos comprar una avena, y si podemos comprar una avena, no podemos comprar la medicina “.
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Dijo que hay algunos jubilados y pensionados que reciben ayuda de hijos y otros familiares, pero que no es suficiente porque todos en Venezuela atraviesan una complicada situación económica, por lo que muchos han optado por vender parte de sus electrodomésticos y trabajar como comerciantes informales, aunque tienen más de 50 y 60 años.
“Nosotros pensamos que nuestra vejez iba a ser tranquila, que íbamos a tener una vida llena de felicidad, pero nada de eso está pasando”.