A 25 años de la tragedia, Vargas se debate entre la resiliencia y el olvido

Aunque en el espíritu del guaireño no cabe el desaliento, el embate de la crisis económica y social también lo agobia

La Guaira

Al cumplirse 25 años de la tragedia que dejó un saldo lamentable de vidas perdidas, desaparecidos y daños materiales incuantificables, Vargas se debate entre la resiliencia, la ignominia, el olvido y la esperanza. Aunque en el espíritu del guaireño no cabe el desaliento, el embate de la crisis económica y social también lo agobia, a pesar de tener al frente ese  inmenso mar Caribe que deslumbra sus sentidos.

A partir de aquel aciago miércoles 15 de diciembre de 1999,  la vida de los varguenses no fue igual. Se dividió en antes y después del deslave, uno de los mayores desastres naturales de los que se tenga registros en el país. Emigrar forzosamente marcó el inicio del desapego para algunos, aunque la mayoría no aceptó el desarraigo y no dudó  en retornar.

Poco ha cambiado en Vargas, pese a los fallidos intentos gubernamentales por convertirlo en una región turística. Muy atrás quedaron las imágenes de aquellos imponentes barcos que llegaban al puerto en viajes de cruceros. Ya no hay  turistas que se paseen por las estrechas callecitas coloniales.

A 25 años de la tragedia Vargas

Aunque los visitantes de ahora observan mucho colorido y arreglos de estructura en la vía principal (avenida Carlos Soublette), cuando van a la playa, el guaireño de a pie no recibe la misma atención en lo interno de su comunidad. Además, persisten las fallas en servicios públicos, como el agua, que llega por tubería cada mes, solo por unas horas, y apenas permite llenar los tanques. Las necesidades básicas siguen a la espera de soluciones.

La Guaira

El Puerto de La Guaira, que en otrora representó una de las principales fuentes de empleo, hoy se observa desolado. Llegan apenas uno o dos barcos, pese a que -sobre todo en épocas decembrinas- estaba abarrotado de embarcaciones descargando mercancía. Otras aguardaban mar afuera esperando muelle. "Era normal ver mas de 20 barcos anclados ahi al frente", comenta un vecino.

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Los guaireños lamentan que las autoridades se ocupan de embellecer solamente  "por donde pasa la reina". La calle Bolívar y la zona aledaña a la alcaldía reciben mucha atención. También la calle San Francisco, donde está la casa de Gual y España. Sin embargo al adentrarse por las estrechas callecitas empinadas, se observan intactas las heridas que dejó el deslave tras la embestida del rio Osorio.

La Guaira

El Paseo de Macuto también fue objeto de un gran trabajo de remodelación, pero a los pocos días de haber sido inaugurado, una lluvia causó anegaciones al desbordarse las aguas servidas y las de lluvia. Los desagües habían sido instalados juntos, según reporto la vecina Carmen Rondón, a través de un video que difundió por las redes sociales.

Los varguenses siguen esperando soluciones. No escapan de las calamidades que afectan al resto del país, también forman parte de la diáspora que emigra en busca de mejor vida.

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