- Los sesgos cognitivos hacen que la desinformación se acepte y difunda rápidamente sin cuestionarla, lo que favorece su propagación en plataformas digitales
- Las personas suelen consumir información que refuerza sus ideas preexistentes, lo que contribuye a la creación de burbujas informativas y a la aceptación de desinformación como si fuera verdadera
No es un secreto para nadie que, ante tanta oferta informativa impulsada por las redes sociales, resulta muy fácil creer contenidos desinformativos casi de manera inmediata. La mayoría de estos están diseñados para ello, al cumplir con características que juegan con nuestra mente, y que en ocasiones ni siquiera te permiten darte la oportunidad de dudar o analizar si son ciertos o no.
Aunque en Cocuyo Chequea ya explicamos cinco señales para identificar videos desinformativos, así como reconocer desinformación generada con Inteligencia Artificial, a través de las solicitudes de verificación que usuarios suelen hacer a la Tía del WhatsApp, nuestro chatbot que puedes consultar acá, decidimos explicar cómo tu mente está condicionada por esta especie de filtros o sesgos cognitivos, al momento de creer en la desinformación.
Los sesgos son procesos mentales que, aunque desde el punto de vista evolutivo son beneficiosos por facilitar tomar decisiones rápidamente, pueden provocar falta de racionalidad u objetividad al momento de procesar la información, como explica el Centro Psicológico Cecilia Cores.
Confiar en la primera información (o desinformación)
El sesgo de anclaje es el que más influye al momento de validar y difundir desinformación, ya que genera confianza en la primera información recibida (sobre cualquier tema) para emitir juicios o tomar decisiones. Aunque la mayoría de las veces esta “información” muestra los hechos de manera superficial, se aprovecha de momentos de incertidumbre o crisis para que los usuarios como tú actúen de forma rápida y sin dar mucho margen al análisis previo.
La frase “la primera impresión es lo que cuenta”, reafirma la incidencia de este sesgo al momento de informarse. El diario Público en su sección de Psicología y mente, explica que si una desinformación es leída por muchos internautas que luego leen una verificación de información “que demuestra la falsedad de la primera, buena parte de los lectores se quedan con la “primera impresión” porque nuestro cerebro trabaja así… si no lo forzamos a trabajar un poco más y mejor”.
Con la saturación de información en redes sociales, es común que se quede la primera impresión de un contenido por lo rápido que se visualiza; ya que el efecto del scroll infinito, que es la forma en que las redes sociales presentan su contenido atractivamente para que nos desplacemos continuamente en su plataforma, como explican los colegas de Newtral, genera que se le dediquen pocos segundos a cada contenido, sin lograr procesarlos, lo que contribuye a quedarnos con las primeras impresiones y caer en la desinformación.
Aunque podemos dar múltiples ejemplos de este sesgo en verificaciones hechas por Cocuyo Chequea, los más característicos son aquellos contenidos que usan palabras o iconos de alerta, pidiendo reenviar la información rápidamente (sin pensar), como por ejemplo, el falso mensaje de advertencia sobre las supuestas galletas Luppo que tenían una pastilla dentro para “reducir la población”, lo cual es falso y el supuesto video de último minuto (que incluía un sticker de una alarma) sobre la Policía Nacional Bolivariana cruzando hacia Colombia, difundido en 2024, cuando en realidad sucedió en el 2019.
Cuando confirman lo que crees
Conocido como el sesgo de confirmación, éste valida la posición que tienes hacia los hechos, confirmando o reforzando tus creencias. Aunque pareciera no ser perjudicial, te vuelve susceptible a la información manipulada pues solo terminas consumiendo contenido que comparte tus puntos de vista.
Como explica el medio español Rtve, esto hace que también te informes de medios de comunicación específicos “para ver sus posiciones reforzadas”, sin posibilidad de conocer distintas perspectivas que pueden rodear un mismo hecho, como es el caso de la falsa creencia de que las vacunas causan autismo, cuyo origen y refuerzo de esta desinformación explicamos acá.
Pero Rtve explica que lo peor es que los desinformadores se aprovechan de ello, suplantando “medios de comunicación a los que atribuyen informaciones falsas que no han emitido”.
Esta técnica de desinformación la hemos identificado en Cocuyo Chequea en varias ocasiones, sobre todo a través de la red social TikTok. Suplantan la identidad de medios internacionales como CNN a través de una falsa cuenta denominada CNN Venezuela con un video descontextualizado de Nicolás Maduro y otro sobre una falsa intervención militar. También lo hacen con la suplantación de la agencia Euronews a través de otro video descontextualizado de Maduro anunciando el aumento de una pensión.
Esto también sucede con medios nacionales como Televen, con la publicación descontextualizada de María Corina Machado denunciando que el Sebin se lleva secuestrada a su familia, y VTV de una falsa intervención militar.
Aunque no sean creíbles las desinformaciones emitidas por estos difusores que usurpan la identidad de medios reales y fiables. Las personas que no identifiquen este método pueden validarlas por el simple hecho de provenir de sus supuestas “fuentes de confianza”.
Lo mismo ocurre con los creadores de contenidos, conocidos como influenciadores, quienes en su mayoría no verifican la información antes de compartirla, según un estudio de la UNESCO difundido por CNN, y a pesar de ello son “figuras claves en la sociedad moderna”, afirma la Universidad de Lima, lo que pone en riesgo creer en desinformaciones como que «la comida crea personas sexodiversas», como afirma Gianpiero Fusco, lo cual desmentimos acá.
Porque lo dicen autoridades o expertos
El llamado sesgo de autoridad, está marcado por la confianza e influencia que generan autoridades, expertos o instituciones. Aunque en Cocuyo Chequea recomendamos informarte de fuentes oficiales, debes tener en cuenta tres cosas:
- La primera, como ya explicamos, es que los desinformadores suplantan la identidad de estos a través de redes sociales para ser validadas por los usuarios. Esto sucede frecuentemente en X, con cuentas “que se autodefinen como “parodia” y que utilizan la imagen de algunos políticos”, explican nuestros aliados de Maldita, quienes resaltan que “emplean las mismas fotografías que los perfiles oficiales, un nombre de usuario similar o el tic azul, lo que hace que varios usuarios compartan sus contenidos como reales y se termine generando desinformación en redes sociales”.
Anteriormente identificamos esta técnica con la cuenta parodia de Elon Musk, la cual publicó que Estados Unidos y Colombia ordenaron intervención militar en Venezuela, lo cual desmentimos acá. También sucedió con el CIPCP (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas), que supuestamente estaba enviando correos con virus troyanos para robar datos, lo cual es falso.
- La segunda, es que los desinformadores tergiversan las palabras de autoridades, como ocurrió con el falso anuncio en cadena nacional de Maduro sobre un apagón nacional de varios días. Maduro expresó “íbamos a pasar varios días sin luz”, pero difundieron un fragmento en el que se escucha “y vamos a pasar varios días sin luz”.
- Por último, debes tener en cuenta la posición de las autoridades sobre determinados temas, puesto que, aunque se ha comprobado (incluyéndo el caso venezolano) que las vacunas no causan autismo, ha sido un tema diseminado por el próximo secretario de salud de Estados Unidos, Robert F Kennedy Jr., “teoría” replicada en discursos antivacunas como los de Donald Trump, el mismo Elon Musk y hasta similar a la de Nicolás Maduro, como explicamos acá.
Conclusión
Los sesgos cognitivos afectan la forma de procesar la información, contribuyendo a la creencia y rápida difusión de desinformación, como evidencia nuestro método de verificación.
Los desinformadores suelen aprovecharse de estos sesgos para crear confianza en los contenidos desinformativos, dificultando cuestionar la veracidad de lo que se ve en redes sociales y reforzando creencias previas de la audiencia, no solo a través del efecto del scroll infinito (ese que provoca deslizar el dedo hasta el final de los contenidos de las redes sociales y aunque sabemos que nunca se acaban), sino usando la imagen de supuestas autoridades o instituciones confiables (como falsas cuentas en redes sociales) para hacer confiar ciegamente en desinformación.
Es decir, los sesgos contribuyen a la manipulación generada por la desinformación, y aunque existen alrededor de 50, los cuales puedes consultar acá, los sesgos de anclaje, de confirmación y de autoridades, son los principales que influyen al momento de creer en desinformación.Por ello, desde Cocuyo Chequea recomendamos buscar fuentes oficiales y conocer los distintos puntos de vista de los hechos que influyan en la toma de decisiones de la ciudadanía, para evitar tomar decisiones rápidas ante contenidos desinformativos. También puedes consultar a la Tía del WhatsApp, nuestro chatbot, para consultar verificaciones en las que te explicamos el paso a paso y puedas sacar tus propias conclusiones sobre los hechos/contenidos.