“Un Conoto está cerca”, expresó segura de su afirmación Esmeralda Mujica. Lo siguiente fue hacer un ejercicio de concentración y seguimiento del sonido para confirmarlo. Estaba a pocos metros, en la rama de un árbol del Jardín Botánico de Naguanagua, donde El Carabobeño realizó una actividad de ciencia ciudadana.
Al verlo, se introdujeron las características del ave en Merlin Bird ID, la aplicación de identificación de pájaros creada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, en Nueva York. Mediano, negro con amarillo, en árboles o arbustos, y automáticamente apareció una lista de varias probabilidades.
Fue fácil. Era el segundo del listado desplegado: Conoto negro, de nombre científico Psarocolius decumanus. Se reconfirmó al reproducir el canto en la app que coincidió con el que Mujica escuchó en principio y que, para ella, fue suficiente para identificarlo porque suma experiencia y conocimiento para hacerlo.
Lee la primera entrega de esta serie de reportajes sobre ciencia ciudadana y conservación de aves.

Pero para quienes no se han formado en esta área, como los asistentes a la actividad de ciencia ciudadana organizada por El Carabobeño junto a las fundaciones Akehe y Tierra Viva, tampoco tiene que ser complicado. Tienen a mano herramientas como Merlin, que se utilizó en la jornada para luego registrar en eBird, 21 especies de aves distintas avistadas en tres horas.
Entre binoculares y preguntas
La lista de aves observadas fue creciendo rápidamente. Después del conoto, se escuchó con insistencia el canto del Cristofué, que muchos conocen y se corroboró al cargar el audio en Merlin Bird ID, cuya respuesta reafirmó lo que ya todos sabían: se trataba de varios Pitangus sulphuratus, como se conoce científicamente. Estas aves pudieron ser escuchadas y vistas en varias oportunidades durante la actividad, así como ocurrió con el Alcaraván (Vanellus chilensis).
Además del entusiasmo y las expectativas, era importante, en algunos momentos, usar binoculares. Para quienes no los manejan, puede ser un poco complejo al principio, pero las indicaciones básicas del equipo de Akehe fueron suficientes para ver especies que estaban en la copa de los árboles.
Fue así como se registró el avistamiento de un Pitirre chicharrero (Tyrannus melancholicus) en lo más alto de un árbol de ramas secas, desde dónde tenía una amplia visión de todo el panorama. También varios Gonzalitos (Icterus nigrogularis) que estaban en un apamate y deslumbraban con su amarillo intenso.

Conforme se observaban especies, se hacían preguntas a los integrantes de las fundaciones. La biólogo Aura Jiménez, de Akehe, resaltó la importancia de hacer la actividad en silencio para no estresar a las aves, en especial las que estaban anidando como la Reinita (Coereba flaveola) que se pudo ver de cerca en un arbusto pequeño.
Las Guacamayas Maracaná (Ara severu) que se pasean por Valencia también se dejaron ver y oír con su particular canto, así como los Canarios de tejado (Sicalis flaveola) que no se dejaron intimidar por el grupo que hacía ciencia ciudadana y se vieron comiendo bajo la sombra de un árbol.
La importancia de la ciencia ciudadana
Que los ciudadanos puedan participar con sus reportes en investigaciones de científicos de todo el mundo, es algo que los asistentes al Jardín Botánico desconocían.
“No estaba tan familiarizada con el beneficio de las ciencias. Ahora sé que existen aplicaciones y muchas páginas que necesitan de esa ayuda del ciudadano común que de repente pasa día a día por un espacio y puede ver algún ave, y eso contribuye a evaluar comportamientos y su hábitat”, relató Oriana Plaza, quien es profesora de arte.
No dejes de leer la segunda entrega de esta serie de reportajes: La ciencia ciudadana, un apoyo invaluable en la investigación de aves en Carabobo
Para ella fue importante el aprendizaje que se obtiene en esas actividades de avistamiento de aves. “Yo juraba que el Alcaraván era de los llanos y resulta que ha migrado para la parte de Valencia y, eso debe tener algún tipo de explicación”.

Para Ridelys Córdova, quien es estudiante de terapia psicosocial en la Universidad de Carabobo (UC), además de todos los conocimientos adquiridos y el aporte a la ciencia que pueden hacer, la observación de aves, que hizo pro primera vez, significó una oportunidad de desconexión con la cotidianidad y de relajación.
Niños y adultos que se estrenaron como científicos ciudadanos están comprometidos con replicar la información y que, cada vez más, sean los datos que se aportan desde Carabobo a eBird para el avance de las investigaciones que se hacen en el mundo.
Lista de especies identificadas
- Dara- Hesperoburhinus bistriatus
- Alcaraván- Vanellus chilensis
- Garcita Reznera (ibis)- Bubulcus ibis
- Caricare Sabanero- Daptrius chimachima
- Periquito- Forpus passerinus
- Maracaná- Ara severus
- Palomita Maraquita- Columbina squammata
- Mango Pechinegro- Anthracothorax nigricollis
- Diamante Gargantiverde- Chionomesa fimbriata
- Pavita Hormiguera Común- Thamnophilus doliatus
- Hormiguero Copetón- Sakesphorus canadensis
- Carpintero Habado- Melanerpes rubricapillus
- Carpintero Pechipunteado- Colaptes punctigula
- Azulejo de Jardín- Thraupis episcopus
- Canario de Tejado- Sicalis flaveola
- Reinita- Coereba flaveola
- Cucarachero Común- Troglodytes aedon
- Pitirre Chicharrero- Tyrannus melancholicus
- Cristofué- Pitangus sulphuratus
- Conoto Negro- Psarocolius decumanus
- Gonzalito- Icterus nigrogularis
- Pericos cara sucia- Eupsittula pertinax
Esta es la cuarta y última entrega sobre ciencia ciudadana y conservación de aves, un proyecto de difusión de la Universidad de Cornell y The New York Times, en el que El Carabobeño participa.
Tercera entrega de la serie: Carabobo es refugio de aves autóctonas y migratorias

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