El sulforafano es un compuesto bioactivo presente en vegetales crucíferos como el brócoli, la col rizada o la rúcula, según la Clínica Mayo,
Sin embargo, no se encuentra de forma activa en las plantas. Se forma únicamente cuando se daña el tejido vegetal, por ejemplo, al cortar, masticar o procesar el alimento.
Este daño libera dos componentes esenciales: la glucorafanina, un compuesto natural, y la mirosinasa, una enzima. Al combinarse, generan sulforafano.
Esta reacción es sensible. Según la Clínica Mayo, si alguno de estos dos elementos no está presente o se desactiva (por calor excesivo, por ejemplo), el sulforafano no se forma, y por tanto no se obtienen sus efectos potenciales.
Este factor es clave al elegir suplementos: muchos no garantizan la presencia de ambos precursores activos.
Beneficios y riesgos
Según la Clínica Mayo, diversas investigaciones científicas han asociado el sulforafano con beneficios para la salud. Entre ellos se destacan:
- Estimulación de mecanismos naturales de desintoxicación.
- Reducción de la inflamación crónica.
- Protección cardiovascular y apoyo al sistema nervioso.
- Potencial en la prevención de ciertos tipos de cáncer.
- Contribución al control del peso corporal.
También se han explorado sus efectos sobre la longevidad y la salud metabólica. No obstante, como todo compuesto bioactivo, puede provocar efectos secundarios en algunas personas, como acidez o molestias gastrointestinales.
Alimentos con potencial para generar sulforafano
En realidad, ningún alimento contiene sulforafano activo de forma natural, sino los precursores necesarios para producirlo.
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Por eso, se evalúa el potencial de cada verdura crucífera según su contenido en glucorafanina y mirosinasa.
Entre las fuentes con mayor potencial están:
- Brócoli y brotes de brócoli.
- Coliflor y brotes de coliflor.
- Col rizada, coles de Bruselas y col china.
- Rúcula, rábanos y hojas de mostaza.
- Rapini (brécol rabe).

Los brotes recién germinados son particularmente ricos en precursores. Según la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los brotes de brócoli pueden contener entre 10 y 100 veces más glucorafanina que la planta adulta. Esta alta concentración explica su uso frecuente en ensayos clínicos.
La forma de preparar estos vegetales también influye. Escaldar la col rizada puede aumentar el sulforafano hasta en un 489 %, mientras que calentar el brócoli en microondas puede incrementarlo un 80 %. Por el contrario, métodos de cocción agresivos o prolongados pueden inhibir la producción del compuesto.