El principio del fin

Toda la nación venezolana ahora presiente con mayor seguridad, ese futuro que anhela y merece.

_“Por el mismo efecto caótico en el tiempo que en el espacio, las cosas van cada vez más rápido cuando se aproximan a su culminación, tal como el agua acelera misteriosamente su curso al aproximarse a la cascada”._ *(Jean Baudrillard, L’illusion de la fin)*

_“La felicidad es saber unir el final con el principio”._

*Pitágoras*

El título de este artículo lo tomamos de una frase atribuida al político francés y ministro de Napoleón Bonaparte, Charles Maurice de Talleyrand.

Con esta expresión se alude a los primeros síntomas del derrumbamiento moral o material de una persona o empresa, quien la habría pronunciado cuando éste sufrió las primeras derrotas militares en España, a las que seguirían los desastres de la invasión de Rusia y el epílogo de Waterloo. Así presentía Talleyrand que el imperio napoleónico se derrumbaría en poco tiempo. Precisando el concepto, podríamos afirmar que se trata del comienzo de una serie de eventos que conduce al final.

En nuestro país esa apreciación del principio del fin de un régimen que va de salida ya se siente en todos los ámbitos. Acá nadie pone en duda que venimos transitando, como país, un camino surcado de incertidumbre, desasosiego e indetenible corrupción. Como tampoco pone en duda el resultado del proceso electoral del pasado 28 de julio, momento en el cual mas del 70% de los electores, sufragó a favor de Edmundo González Urrutia.

Ya se acaban las artimañas para ocultar la dura realidad, se percibe ese final pues este régimen no pudo cumplir en cinco lustros, ni podrá cumplir nunca, porque no cuenta con la capacidad, la formación, la dedicación, ni el personal adecuado para emprender la impostergable tarea de sacar a la Nación de ese marasmo al cual él mismo terminó de llevarla.

Ya no hay arenga que estimule ni propaganda que genere credibilidad, pues los vicios acumulados en esta terrible travesía de disparates se han vuelto costumbre, y han sido tantos los brincos acomodaticios con su ideología que ya resulta una retórica cansona y falsa. Se percibe ese tránsito del principio del fin cuando vemos la esperanza que despierta, en la comprobada mayoría de los ciudadanos de nuestro carajeado país, la democrática invitación que se nos hace, a TODOS los venezolanos, a rescatar esa anhelada “Tierra de Gracia”.

Ahora se divisa el principio del fin pues la sociedad venezolana ha comprendido que nuestro país no puede seguir siendo el país de las oportunidades perdidas

¿Será el principio del fin de este perverso régimen? Tal vez. Nos viene a la memoria lo expresado por Winston Churchill al derrotar en una importante batalla al ejército del mariscal Rommel (El Alamein): _“Este no es el final, no es ni siquiera el principio del final, puede ser más bien el final del principio”._

Churchill fue honesto al expresar que aún quedaba batalla por librar. Por supuesto que no era el final, algo obvio en ese momento. El 3er Reich nazi, a pesar de esa derrota, se extendía en casi toda Europa y en el norte de África. Ya el duro invierno presagiaba la derrota del General F. Paulus en Stalingrado entonces, pero no estaba aún asegurada. Al afirmar que “no es el principio del final” igualmente mandaba el mensaje de que no había que cejar en la lucha. Se trataba de señalar el punto de inflexión, el final del principio, ya que se había logrado frenar al Mariscal Rommel, y ahora quedaba perseverar con determinación para alcanzar el principio del fin y la victoria total.

Nuestro “Alamein” ya fue logrado, aunque veamos tan distante nuestro “Berlín”. En ese recorrido puede suceder mucho, por lo que la libertaria labor aún está lejos de concluir. Puede resultar hasta paradójica la intencionalidad del mensaje, por la ambivalencia de tratar de mencionar dos cosas tan opuestas a la vez, pero toda la nación venezolana ahora presiente con mayor seguridad, ese futuro que anhela y merece. Así como Churchill se enfrentó en su hora más oscura a un régimen totalitario, y emulando lo dicho por C.S. Lewis: Si no podemos volver atrás y cambiar el principio, pues podemos comenzar donde estamos y cambiar el

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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El principio del fin

Manuel Barreto
Manuel Barreto

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