El papa recordó este Domingo de Ramos a las 226 victimas mortales del desplome del techo de una discoteca en la República Dominicana y pidió que «Dios las acoja en su paz» en el rezo dominical del Ángelus, que se volvió a publicar por escrito debido a la convalecencia de Francisco.
El pontífice, de 88 años y que se recupera de la grave infección respiratoria que le mantuvo 38 días hospitalizado, no pudo pronunciar su homilía en la misa del Domingo de Ramos ni su mensaje del Ángelus, ya que sigue su recuperación, especialmente de la voz, pero la Santa Sede lo difundió por escrito.
«Hermanas y hermanos, os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios», indicó.
El papa pidió a los fieles: «Que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren, especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales».
«En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares», añadió.
El papa Francisco ya envió el pasado jueves un telegrama en el que se mostraba «vivamente apenado al conocer la dolorosa noticia del trágico derrumbe» y ofrecía «sufragios por el eterno descanso de los difuntos».
También hizo «llegar su sentido pésame a los familiares de los fallecidos, junto con sus expresiones de consuelo, viva solicitud y deseos de pronto restablecimiento de los heridos», se lee en el mensaja.
El papa apareció por sorpresa en la plaza de San Pedro
El papa Francisco, que sigue convaleciente por sus problemas de salud, apareció sin que estuviera previsto ante los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano, al término de la misa del Domingo de Ramos.
El pontífice, de 88 años, apareció en la silla de ruedas y sin las cánulas nasales para el oxígeno y quiso saludar a los fieles tras la celebración que marca el inicio de la Semana Santa.

«Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa», dijo brevemente en el altar central de la plaza, donde saludó al cardenal argentino Leonardo Sandri, en el que el papa delegó para que presidiera la misa del Domingo de Ramos.
Francisco paseó entre los fieles y se detuvo a intercambiar algunas palabras con un grupo de monjas que le dieron mensajes de ánimo, así como saludó a varios niños, con los que mostró gestos de complicidad, mientras se oían gritos de ‘Viva’ el papa.
Su presencia no estaba prevista
Se trata de la última aparición por «sorpresa» del pontífice durante su convalecencia en su residencia de la Casa Santa Marta, desde que el pasado 23 de marzo salió del hospital Gemelli de Roma después de 38 días ingresado por una neumonía bilateral y otros problemas respiratorios

Tras su reaparición del pasado domingo en la plaza vaticana, durante el Jubileo de los enfermos, Francisco ha salido en otras dos ocasiones de la residencia y recibió por sorpresa a los reyes Carlos y Camila, a pesar de que los médicos estimaron que debía permanecer al menos dos meses de reposo.