El 14 de diciembre, el mercado asiático se consolidó como un catalizador para varios artistas latinoamericanos, generando un creciente interés global en figuras como el colombiano Fernando Botero, el cubano Wifredo Lam y, más recientemente, el venezolano Oswaldo Vigas.
La exitosa inserción de estos artistas en Asia ha elevado su reconocimiento, y también ha fortalecido sus posiciones en el panorama internacional del arte.
Históricamente, los maestros impresionistas han capturado la atención del coleccionismo asiático. Un hito memorable fue el récord alcanzado por la obra Los girasoles de Van Gogh, subastada en Christie’s Londres en 1987 por 39,5 millones de dólares.
Ese mismo año, Irises se vendió por 53,9 millones en Sotheby’s Nueva York, marcando el inicio de un fervor asiático por adquirir piezas maestras del arte occidental.
Desde entonces, el interés del coleccionismo asiático ha crecido, llevando a que artistas como Jean-Michel Basquiat, Andy Warhol, y Gerhard Richter vean sus obras venderse a precios estratosféricos.
Esta dinámica ha impulsado a las principales galerías internacionales a establecer sedes en ciudades estratégicas como Hong Kong, Shanghai, Seúl, Tokio y Singapur.
Fernando Botero: Universalidad y estabilidad
En este contexto, Fernando Botero se ha consolidado como el artista latinoamericano más codiciado en Asia. Sus exposiciones en el Museo Nacional de China en Pekín (2015) y el Museo de Arte de Shanghai (2016) marcaron un antes y un después en su posicionamiento en la región.
En un mercado caracterizado por la volatilidad, Botero ha mantenido una trayectoria ascendente, con su obra Los músicos alcanzando una puja de 5 millones 132 mil dólares en Christie’s en 2024. La universalidad de sus temas, que abordan el amor, la familia y la pasión, resuena en un público que enfrenta una creciente desconexión emocional en medio de dinámicas económicas.
Wifredo Lam: Un legado multicultural
Por otro lado, el legado de Wifredo Lam destaca por su capacidad de dialogar con sus raíces chinas y su herencia afrocubana. Como octavo hijo de un inmigrante cantonés en Cuba, Lam combinó en su obra elementos de ambas culturas, lo que ha despertado un creciente interés en Asia.
Su retrospectiva en el Asia Society de Hong Kong en 2023, junto con exposiciones en Pekín, Shanghai y Hangzhou, han reforzado su lugar en este mercado. Recientemente, su obra Omi obini (1943) se subastó por 9,6 millones de dólares, subrayando el valor que se le otorga a su visión multicultural.
Oswaldo Vigas: Nuevas exposiciones en Asia
Más recientemente, el venezolano Oswaldo Vigas ha comenzado a afianzarse en el mercado asiático, luego de la publicación de su catálogo razonado en 2022. Su obra, que abarca más de siete décadas, combina elementos de la mitología y el arte prehispánico venezolano con una estética europea contemporánea.
Esta fusión cultural dota a su producción de un simbolismo que trasciende barreras. Tras su primera exhibición en la Galería Kwai Fung-Hin de Hong Kong en 2023, la institución ha anunciado dos nuevas exposiciones individuales que ampliarán el entendimiento del modernista latinoamericano en Asia.
La primera de ellas, programada para el primer trimestre de 2025, presentará su escultura, cerámica y tapicería. Un segundo evento está proyectado para inaugurarse en la nueva sede de la galería en Singapur en 2026. Según Catherine Kwai, directora de la galería, “a pesar del distanciamiento geográfico, la obra de Vigas establece una conexión emocional inmediata con el público asiático”.
Conexión global a través del arte
El interés de Asia por estos creadores subraya el valor universal de sus obras y reafirma la importancia de su lugar en un escenario global en constante transformación.
La presencia de artistas latinoamericanos en el mercado asiático refleja una interacción cultural enriquecedora que trasciende geografías, enriqueciendo el diálogo artístico y promoviendo una mayor comprensión entre diferentes culturas.
Lee también: Italia compra casa en estado de abandono que fue de Giuseppe Verdi
Esta tendencia no solo resalta el potencial de los artistas latinoamericanos, sino que también ofrece un espacio para explorar narrativas y perspectivas únicas que resuenan con las sensibilidades del público asiático.