Crónica Uno
Caracas. Alexander* juega desde hace tres años el videojuego de Free Fire. Durante las horas de diversión ha podido ver a los avatares decirse palabras obscenas o establecer relaciones amorosas entre ellos en el mundo virtual de la plataforma.
Alexander comentó que un día fue testigo de cómo un hombre cambió la personalidad del avatar para ser mujer y estableció conversación con otra persona en la isla social de la plataforma.
“Empiezan con una conversación pública, se piden los números de teléfono, el Instagram para luego salir de la plataforma y conversar con más intimidad”.
La División de Delitos Informáticos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) publicó a través de su Instagram una alerta para las madres, padres y representantes sobre el peligro que representan los videojuegos en línea para los niños, niñas y adolescentes.
Lorena Liendo Rey, secretaria general adjunta de la Red de los Derechos Humanos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Redhnna) y parte de su equipo de investigación, explicó que el anonimato que generan las interacciones es el primer factor para facilitar el acoso hacia quienes usan los videojuegos.
“Juegos o plataformas robustas como Roblox permiten que los usuarios pueden crear personajes y entornos de interacción sin poder verificar su identidad real”.
Aunque estos videojuegos tienen políticas de seguridad, no hay forma de confirmar que la legitimidad de las interacciones sea respetuosa y responda a los límites. Esto permite que los acosadores se acerquen a los niños, niñas o adolescentes.
El grooming en línea
Jhomary Caraballo, inspectora de la División de Delitos Informáticos del Cicpc, informó en una entrevista para Unión Radio que el grooming es acoso sexual a menores de edad. Se basa en establecer con ellos una relación de confianza a través de redes sociales y videojuegos.
Aunque precisó que Roblox no fue diseñado para fomentar este tipo de conductas, los delincuentes que siguen la táctica del grooming se dirigen a esta plataforma para encontrar a sus víctimas. «Se presentan como personas con gustos similares, indagan sobre su lugar de residencia y con quién viven».
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