La reciente viralización de dos casos de violencia o acoso escolar ocurridos en un plantel del municipio El Hatillo, así como las fuertes sanciones penales que debido a esto se impusieron a las partes agresoras, vuelve a poner sobre el tapete y generar alarma este tipo de abusos.
Varias ONG de protección a los niños, niñas y adolescentes (NNA), entre ellas Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje), coinciden en señalar que el acoso escolar se ha convertido en un grave problema en el entorno escolar de Venezuela.
Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, ha expresado en varias ocasiones la urgencia de abordar este fenómeno que, además de dañar emocionalmente a esa población menor de edad, contribuye a socavar el ambiente educativo en las escuelas o colegios del país.
“La prevención es la mejor estrategia frente a la violencia y el acoso escolar. Hablar del tema, establecer rutas claras de atención para estudiantes en riesgo, fomentar la salud mental dentro de las comunidades educativas, realizar denuncias oportunas y promover espacios de participación son acciones indispensables”, indicó Trapani.
Aprender a convivir
Para Trapani, la educación debe ir más allá de las materias académicas y fomentar la convivencia pacífica, al promover la aceptación de las diferencias y la resolución de conflictos.
«En una escuela no es solo importante leer y escribir, sino también comunicarse y resolver conflictos sin usar la violencia. Cuando son violencias verbales es difícil la comprobación, pero igual genera un daño», añadió.
Qué se debe hacer dentro de las escuelas
Oscar Misle, educador y fundador de Cecodap, agrega que la violencia escolar, llamada ahora con el neologismo bullying, es solo la punta del iceberg de lo que para él está debajo, que es mucho más grave porque es estructural.
«No se puede ver solo la consecuencia, hay que indagar la causa. Es necesario que figuras de poder den el ejemplo a través de la resolución de conflictos sin violencia», dijo.
Dijo que las o los agresores también deben ser abordados psicológicamente, aun cuando tienen que asumir su responsabilidad. «Pero no solo se necesitan las sanciones, sino buscarles medidas socioeducativas».
Qué se debe hacer ante el acoso escolar
En los colegios manejan la definición del bullying, pero no abordan sus consecuencias hasta que ocurre un caso muy notorio; por ello las escuelas o liceos pueden implementar varias estrategias para prevenir el acoso y la violencia escolar:
- Educación y sensibilización:
- Programas de concienciación: Realizar talleres y programas educativos que enseñen a los estudiantes sobre el respeto, la empatía, y las consecuencias del acoso.
- Charlas y conferencias: Invitar a expertos, psicólogos o incluso a personas que hayan sido víctimas de acoso para compartir sus experiencias y estrategias de superación.
- Políticas y protocolos claros:
- Código de conducta: Establecer y comunicar claramente las normas de comportamiento y las consecuencias del incumplimiento.
- Procedimientos de denuncia: Crear un sistema seguro y anónimo para que los estudiantes puedan reportar incidentes de acoso sin temor a represalias.
- Capacitación del personal:
- Formación para profesores y personal: Entrenar a los educadores para que puedan identificar señales de acoso, intervenir adecuadamente y apoyar a las víctimas.
- Supervisión constante: Asegurar que haya suficiente supervisión en áreas propensas al acoso como patios de recreo, baños y pasillos.
- Intervención temprana y apoyo psicológico:
- Intervención inmediata: Actuar rápidamente ante cualquier señal de acoso para evitar que se intensifique.
- Apoyo psicológico: Proveer asesoramiento y apoyo emocional tanto a las víctimas como a los acosadores para abordar las causas subyacentes del comportamiento.
- Promoción de un ambiente inclusivo:
- Actividades de integración: Fomentar actividades que promuevan la cohesión y el respeto entre estudiantes de diferentes culturas, habilidades y otro tipo de individualidades.
- Club de diversidad: Crear espacios donde se celebre la diversidad y se fomente la inclusión.
- Participación de la comunidad y familias:
- Comunicación con padres: Mantener un diálogo abierto con los padres sobre la importancia de la prevención del acoso y cómo pueden contribuir desde el hogar.
- Involucrar a la comunidad local: Colaborar con organizaciones comunitarias para campañas de prevención.
- Evaluación y actualización continua:
- Monitoreo y evaluación: Regularmente, revisar y evaluar las políticas y programas de prevención para ajustarlos según sea necesario.
- Feedback estudiantil: Involucrar a los estudiantes en la mejora de las políticas escolares, quizás a través de encuestas o grupos de discusión.
Implementando estas medidas, las escuelas no solo pueden reducir la incidencia de acoso y violencia, sino también crear un ambiente educativo más seguro y positivo para todos los estudiantes.