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El preso político Jesús Rafael Álvarez, de 44 años de edad, murió el jueves 12 de diciembre en la cárcel de Tocuyito, en el estado Carabobo, mientras estaba en custodia del Estado venezolano. 

La ONG Observatorio Venezolano de Prisiones confirmó el deceso de Álvarez e informó que la madrugada del 13 de diciembre, Jesús fue sacado del penal, pero no de la manera que esperaban sus seres queridos: ya estaba sin vida y su cadáver fue trasladado al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).

La noche del 13 de diciembre, el hijo de Jesús Álvarez se trasladó hasta la cárcel de Tocuyito, luego de enterarse en redes sociales del rumor del fallecimiento de su padre. Nadie del Ministerio de Servicio Penitenciario le había informado del fallecimiento. 

“Mi papá era una persona sana, no padecía de nada. Allí lo castigaban solo por tener hambre. Si se quejaba, lo aislaban y amarraban. Si pedía hablar con la familia, lo golpeaban. A mi papá lo castigaron y lo mataron en la cárcel”, expresó el hijo de Jesús entre lágrimas.

Jesús fue detenido el 2 de agosto, junto a su esposa Anny Suárez de Álvarez, en El Callao, estado Bolívar. Ambos fueron trasladados a una sede de la Guardia Nacional en Puerto Ordaz. Un mes después, Jesús fue trasladado al penal de Tocuyito.

El hijo de Jesús reconoció el cadáver de su padre en una foto. En dicha foto vio a su papá irreconocible: demacrado, con barba, extremadamente delgado, apenas una sombra de la persona que había sido al momento de su detención en El Callao. Observó que tenía el pómulo hinchado, con signos evidentes de un golpe. Insistió en que su padre era una persona sana antes de entrar en prisión.

Pasada la medianoche, acudió al penal de Tocuyito en busca de respuestas y para solicitar el documento necesario para reclamar el cadáver. Sin embargo, las autoridades negaron que algún preso hubiera fallecido en el lugar. “¿Lo que vi allá qué era? ¿Qué fue lo que me mostraron? ¿Un muñeco, algo falso? Ese era mi papá, lo que yo vi allí. Los datos que tomaron para el acta de defunción no son falsos”, relató el joven en un video enviado al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

Jesús Rafael era padre de tres hijos: un joven de 20 años y dos hijas de 17 y 7 años, de quienes también se hizo cargo el primogétino tras la detención de sus padres. Para llevar comida a su madre, el joven se apoya en su hermana, residente en El Callao. Tras el traslado de su padre, él se mudó a Carabobo. Así lo contó al equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

En este video, el cual fue difundido por el OVP en X, el hijo de Álvarez exige que le entreguen el cuerpo de su padre y también pidió la liberación de su madre, quien está detenida junto a su esposo.

Hasta el momento, se desconoce la causa de su fallecimiento, lo que genera una creciente preocupación sobre las condiciones de detención y el respeto a los derechos humanos de los presos políticos en Venezuela.

El calvario del hijo de Jesús aún no termina, pues su madre también está detenida en una prisión luego de las protestas postelectorales.