La llegada de vehículos eléctricos a Venezuela ha generado tanto expectativa como debate. En un país que enfrenta una crisis energética crónica, con apagones frecuentes y una infraestructura eléctrica debilitada, la viabilidad de esta tecnología es puesta en duda por especialistas.
Sin embargo, también surgen iniciativas que buscan allanar el camino para esta transición hacia la movilidad sostenible.
Ingenieros eléctricos, como Miguel Sánchez y Paula Rodríguez, coinciden en que el sistema eléctrico venezolano no está preparado para soportar una demanda significativa de vehículos eléctricos.
“La capacidad instalada no es suficiente ni confiable. Agregar esta carga adicional podría generar más inestabilidad”, explicó Sánchez. Rodríguez añadió que la generación de energía renovable, que podría mitigar el impacto, sigue siendo insignificante en el país.
Lee también: Venezuela apela a energías alternativas para mejorar el sistema eléctrico
La crisis energética actual también plantea interrogantes sobre la sustentabilidad de proyectos que requieran una carga constante. Las fallas en el sistema de transmisión y generación dificultan incluso el suministro doméstico, lo que aumenta la preocupación sobre la capacidad de integrar una red de estaciones de carga para vehículos eléctricos.
Falta de infraestructura de carga
Uno de los principales retos es la ausencia de estaciones de carga adecuadas. Aunque existen propuestas privadas para instalarlas, estas se concentran mayoritariamente en Caracas y otras ciudades principales, dejando de lado amplias zonas del territorio nacional.
Hay empresas que han planteado la instalación de puntos de carga en centros comerciales y estaciones de servicio, pero el alto costo de estos proyectos y la falta de incentivos gubernamentales limitan su expansión.
Lo ideal sería crear una red nacional de estaciones que cuenten con tecnología avanzada para asegurar la eficiencia y sostenibilidad del sistema.
Sin embargo, especialistas como Rodríguez consideran que “la implementación efectiva de estas propuestas dependerá de una inversión sustancial y un compromiso real”.
La apuesta del gobierno
El gobierno de Nicolás Maduro también ha anunciado su intención de modernizar el parque automotor con vehículos «eléctricos y sostenibles» para reducir la huella de carbono en el transporte.
Según el ministro de Ecosocialismo, Josué Lorca, en declaraciones dadas a principios de diciembre, esta iniciativa fue discutida en una reunión con representantes de una empresa especializada en energías renovables y movilidad sostenible. Durante el encuentro, también se abordaron soluciones de energía solar para mejorar el suministro eléctrico del país.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida por Josue Alejandro Lorca Vega (@josuelorca)
Lorca subrayó que la transición hacia la movilidad eléctrica no debe centrarse solo en la modernización tecnológica, sino también en la justicia social y ambiental. «Esto implica garantizar que nuestras comunidades tengan acceso a estas tecnologías y que se promueva un modelo de desarrollo que priorice el bienestar colectivo y la sostenibilidad del planeta», destacó el ministro.
El precedente del gas natural
La intención del gobierno de promover el gas natural vehicular (GNV) como alternativa energética sigue siendo un referente. Aunque en su momento se planteó como una solución viable para reducir la dependencia del combustible fósil, su implementación enfrenta problemas significativos.
Las estaciones de servicio de GNV funcionan de manera intermitente y están concentradas en zonas urbanas. Este antecedente plantea dudas sobre la capacidad del Estado para liderar una transición hacia vehículos eléctricos en el corto plazo.
Financiamiento y apuestas privadas
A pesar de los desafíos, varias empresas privadas han mostrado interés en fomentar el uso de vehículos eléctricos. Bancos y concesionarios han comenzado a ofrecer planes de financiamiento para la adquisición de estos autos, facilitando su acceso a ciertos sectores de la población.
Sin embargo, los precios siguen siendo elevados en comparación con el ingreso promedio del venezolano, lo que limita su adopción masiva.
Adicionalmente, se han lanzado alianzas entre empresas tecnológicas y automotrices para promover el desarrollo de estaciones de carga públicas y privadas. Estas iniciativas incluyen también capacitación técnica para personal especializado en la reparación y mantenimiento de vehículos eléctricos, lo que podría generar nuevas oportunidades laborales en el sector.
Vehículos híbridos: ¿una opción más realista?
Dado el contexto, algunos expertos sugieren que los vehículos híbridos podrían ser una opción más viable. Estos combinan motores de combustión interna y eléctricos, reduciendo la dependencia de la infraestructura de carga. “Un modelo híbrido podría aprovechar la red existente mientras reduce emisiones y fomenta una transición gradual hacia la movilidad eléctrica”, indicó Rodríguez.
Si bien los vehículos eléctricos representan una alternativa sostenible, su implementación en Venezuela enfrenta barreras significativas. Sin una mejora sustancial en el sistema eléctrico, incentivos claros para la infraestructura de carga y un plan integral que considere vehículos híbridos como transición, esta propuesta podría quedarse en un terreno idealista más que en una realidad tangible, aclaró Sánchez.
La apuesta por los vehículos eléctricos en el país es un reflejo de un futuro que muchas naciones ya abrazan. Sin embargo, transformar esta idea en una realidad en Venezuela requerirá superar retos significativos, donde la colaboración entre el sector público y privado será fundamental. “El verdadero desafío no es solo electrificar la movilidad, sino hacerlo de manera sostenible y equitativa para todos los venezolanos”.