La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) enfrenta una crisis de financiamiento que ha comenzado a impactar directamente la atención humanitaria a millones de personas desplazadas en todo el mundo. Uno de los casos más preocupantes se registra en Colombia, donde están en riesgo los procesos de documentación y legalización para unos 500 mil migrantes y refugiados venezolanos.
La reducción de fondos se ha visto agravada por la suspensión de aportes de Estados Unidos, uno de los principales donantes de la agencia, lo que ha obligado a ACNUR a cerrar o reducir operaciones en varias regiones. En América Latina, la interrupción de estos programas representa una amenaza significativa para la integración y protección de comunidades migrantes que aún se encuentran en situación de alta vulnerabilidad.
En el caso de Colombia, la falta de recursos afecta los trámites esenciales para que medio millón de venezolanos pueda acceder a documentación legal, lo que limita su capacidad para obtener empleo formal, inscribirse en el sistema de salud, matricular a sus hijos en escuelas o ejercer derechos básicos. Sin este respaldo, aumenta el riesgo de caer en redes de trata, sufrir violencia o quedar atrapados en la informalidad y la pobreza.
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Recortes en ACNUR afecta a muchas víctimas
En el mundo, ACNUR ha informado que la crisis presupuestaria ha obligado a cerrar el 75 % de los espacios de asistencia para mujeres y niños en Sudán del Sur, dejando a unas 80.000 víctimas de violencia sexual sin acceso a cuidados médicos, asistencia legal o apoyo económico. Asimismo, en Jordania se han cerrado 63 programas que beneficiaban a 200 milpersonas, y también se han visto interrumpidas iniciativas clave en países africanos como Burkina Faso, Chad, Camerún, Malí, Nigeria y la República Centroafricana.
La directora de Protección Internacional de ACNUR, Elizabeth Tan, advirtió que, en el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos, 850 mil personas desplazadas ya no reciben asistencia legal. Tan subrayó que los recortes amenazan directamente a los refugiados más vulnerables, exponiéndolos a abusos, explotación y separación familiar. “Unos 17,4 millones de niños refugiados están en riesgo de sufrir violencia, explotación o tráfico de personas”, señaló.
ACNUR ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para restaurar el financiamiento y evitar una catástrofe humanitaria en múltiples regiones, incluida Latinoamérica, donde el flujo migratorio venezolano continúa siendo uno de los más grandes del mundo.
Con información de EFE.
