El Real Madrid cumplió su parte, venció con contundencia al Brest en un duelo intenso, con la inspiración goleadora de Rodrygo y un 0-3 que no fue suficiente para el acceso directo a octavos de final de la Champions, undécimo, y la penitencia en el camino de un posible cruce con el City o uno deseado frente al Celtic.
Cuestión de honor más que de resultado. Consciente de que necesitaba una carambola imposible, el triunfo del Real Madrid se asoció más al prestigio que a la necesidad en casa del Brest.
Se marchó con calidad Rodrygo del defensor que le salió al paso con un recorte de diestra, avanzó hacia su perfil izquierdo y soltó un zurdazo que besó la madera antes de entrar a la portería rival (0-1).
Cualquier esperanza del conjunto francés la enterró Modric lanzando una nueva transición que lanzó Bellingham desde el centro del campo con elegancia y culminó marcando a placer con el regalo de asistencia de Lucas Vázquez.
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Era la sentencia de un Real Madrid que podía recular metros, confiar en Courtois que dejó una de las paradas del curso en el 63, volando a un disparo que parecía inalcanzable de Lage, en un partido intenso en el que supo sufrir y golpear con la inspiración de Rodrygo. El brasileño le ponía firma a su doblete aprovechando el rechace de Bizor a un disparo de Mbappé.