Este domingo 25 de mayo, Rafael Lacava resultó nuevamente electo como gobernador del estado Carabobo, en lo que será su tercer mandato consecutivo al frente del ejecutivo regional.
Con el 96,76% de los datos escrutados fue reelecto con 320 mil 134 votos, lo que representa el 87,68% del total en una jornada marcada por una abstención del 66,36% en el estado.
Sin embargo, su votación mostró una tendencia descendente en comparación con elecciones anteriores. En 2021 obtuvo 333 mil 919 votos y en 2017, y cuando resultó electo por primera vez, alcanzó 486 mil 654. En ocho años, su caudal electoral ha disminuido en 34,22%.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) no dio datos de los otros candidatos. Se espera que lo haga la Junta Regional en las próximas horas.
Una carrera política de largos tramos
Rafael Lacava ha sido una figura constante dentro del aparato del chavismo desde mediados de la década del 2000. Su carrera política comenzó como diputado a la Asamblea Nacional en el año 2006, y apenas un año después fue designado embajador de Venezuela en Italia.
Esta etapa diplomática incluyó el fortalecimiento de la relación entre Venezuela y ese país europeo, enmarcada en el proyecto internacional de alianzas del entonces presidente Hugo Chávez.
Posteriormente, Lacava fue electo alcalde del municipio Puerto Cabello en 2008, cargo que ocupó durante dos períodos hasta su renuncia en 2016, alegando problemas de salud. Un año más tarde, fue postulado como candidato a la gobernación de Carabobo, donde logró su primera victoria regional bajo el lema “Carabobo te quiero”.
De embajador a figura populista regional
Nacido en Roma, Italia, e hijo de padres venezolanos con raíces italianas, Lacava ha cultivado una imagen poco convencional para un político venezolano.
Es economista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y cursó estudios en la Universidad Rutgers, en Estados Unidos.
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En redes sociales ha proyectado una estética irreverente y excéntrica que ha sido central en su estrategia comunicacional: se hace llamar “Drácula”, ha renombrado espacios públicos con referencias a este personaje y ha usado el sobrenombre para distintos programas estatales como “TransDrácula”, “GasDrácula” y “El Carro de Drácula”.
Sin embargo, sus gestos populistas han sido acompañados por una gestión ampliamente cuestionada. Promesas incumplidas, deterioro de los servicios públicos y una política de comunicación basada en la teatralidad han generado fuertes críticas tanto desde sectores opositores como de parte de ciudadanos no alineados políticamente.
Controversias, denuncias y sanciones internacionales de Lacava
Durante sus años en el poder, Lacava ha sido protagonista de numerosos episodios polémicos. En 2018, fue señalado por su supuesta vinculación con hechos violentos ocurridos en la Universidad de Carabobo durante unas elecciones estudiantiles.
En 2021, se difundió un video en el que aparece en un casino en Valencia, lo que generó una ola de cuestionamientos en medio de la grave crisis económica que atraviesa el país.
Además, el gobernador carabobeño está sancionado desde 2019 por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, acusado de participar en esquemas de corrupción y bloquear el ingreso de ayuda humanitaria. Un reportaje del diario español El País también lo vinculó con fondos ocultos en paraísos fiscales como Suiza y Andorra.
Elecciones 2025: Una victoria sin sorpresas
La reelección de Lacava ocurre en un contexto de apatía electoral generalizada y limitada competitividad política en el estado. Aunque se esperaba una participación moderada, los resultados por municipio aún no han sido publicados.
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En esta ocasión, se enfrentó a una oposición fragmentada y debilitada. El ambiente electoral estuvo marcado por una maquinaria oficialista consolidada y una narrativa que apeló, como en elecciones pasadas, a símbolos ambiguos que buscan desmarcarse del chavismo tradicional, a pesar de su clara filiación con el PSUV.
Lacava, un liderazgo cuestionado que se mantiene
A pesar de las múltiples críticas a su gestión —desde el abandono de hospitales y escuelas hasta la falta de inversión en infraestructura—, Lacava ha logrado mantenerse en el poder gracias a una combinación de recursos institucionales, marketing personal y una oposición sin fuerza real de contención.
Su figura despierta reacciones encontradas: mientras algunos lo ven como una caricatura del populismo moderno, otros lo acusan directamente de ser parte del problema estructural que aqueja al estado y al país.
Este nuevo período abre la puerta a cuatro años de una administración que, más allá del show mediático, ha dejado deudas importantes en materia de políticas públicas y transparencia institucional.