Marco Rubio se ha caracterizado en sus 13 años como senador estadounidense por asumir posiciones duras hacia esos y otros países gobernados por izquierdistas, y por cultivar lazos con líderes de derecha en la región, publicó BBC News Mundo.
Pero ahora este hijo de inmigrantes cubanos ha sido seleccionado por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, como su próximo secretario de Estado.
"Será un firme Defensor de nuestra Nación, un verdadero amigo de nuestros Aliados y un Guerrero intrépido que nunca retrocederá ante nuestros adversarios", indicó Trump al anunciar la nominación de Rubio en un comunicado.
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El senador respondió que se sentía "honrado" por la confianza.
"Bajo el liderazgo del presidente Trump, lograremos la paz a través de la fuerza y siempre pondremos el interés de los estadounidenses y de Estados Unidos por encima de todo", indicó en la red social X.
Entonces surge una pregunta: ¿qué implicarán sus posturas de "halcón" republicano para América Latina?
¿Más atención?
Nacido hace 53 años en el estado de Florida, abogado de profesión y bilingüe en inglés y español, Rubio será el primer latino en liderar la diplomacia estadounidense si es confirmado en el cargo por el Senado, como se espera que ocurra.
Esto, su interés en la política latinoamericana y su constante repulsión hacia los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua hace que algunos analistas vean su nombramiento como una señal de mayor atención de EE.UU. hacia la región, que está lejos de sus prioridades desde hace tiempo.
Sin embargo, la elección de Rubio para el Departamento de Estado parece deberse "en gran medida a que es un halcón en cuestiones no latinoamericanas como China e Irán", afirma Alan McPherson, un experto de la Universidad de Temple en las relaciones de Washington con Latinoamérica.
"No creo que se preste mucha más atención a América Latina simplemente por su presencia en el gabinete", le dice McPherson a BBC Mundo.
De hecho, Trump ha elegido como su próximo consejero de Seguridad Nacional a otro "halcón" crítico de China e Irán: el representante Michael Waltz, quien en su pasado como militar participó en misiones de combate en Afganistán, Medio Oriente y África.
Como miembro de los poderosos comités de Relaciones Exteriores y de Inteligencia del Senado, Rubio también ha sido un activo opositor de la creciente influencia china en América.
Defensor de sanciones
Desde su entrada a la Cámara alta en 2011, Rubio defendió causas conservadoras como la oposición a la normalización de las relaciones con La Habana impulsada por el gobierno del demócrata Barack Obama (2009-2017).
Pese a que Rubio también criticaba a Trump cuando compitió sin éxito con él por la candidatura republicana en 2016, su influencia creció en el primer gobierno de éste, al punto de que medios de EE.UU. lo señalaban como un secretario de Estado en las sombras para América Latina.
Fue un arquitecto de la estrategia fallida de reconocer en 2019 al diputado opositor venezolano Juan Guaidó como "presidente encargado" de su país en lugar del socialista Nicolás Maduro, quien sin embargo sigue en el poder.
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