La columna "Historia y Tradición" del prestigioso Diario "El Carabobeño", cumple el 2 de junio, veintiún años. (Este es el artículo Nro. 1092).
En muchos de sus escritos, discursos y conversaciones, exteriorizaba su acendrada formación cristiana; a pesar de haber tenido desavenencias con algunos clerigos, nos ha legado aparte de la independencia, sus estimulantes mensajes de fe y esperanzas.
Su nombre lleva incluido, el de "la Santísima Trinidad", devoción de la familia a la augusta Trinidad y nombre del panteón familiar en la Catedral de Caracas.
A su paso por La Grita en mayo de 1813, al rezarle al Santo Cristo, se retiró del templo sin darle la espalda a la Sagrada Imágen.
En 25 de marzo de 1814, en la hacienda de San Mateo, ante el asedio por parte del jefe realista José Tomás Boves, el Libertador, imploró a Nuestra Señora de Belén, (Patrona del Edo. Aragua desde el 2004). La explosión del depósito de pólvora numerosas bajas enemigas y la retirada de Boves hacia Villa de Cura.
En Carúpano el 7 de septiembre de 1814, dijo: "Dios concede la victoria a la constancia"
El 25 de julio de 1819, ante la difícil condición de su ejército por el extenuante Paso de los Andes a más de tres mil metros de altura, en el combate de Pantano de Vargas, Invocó a la Virgen de Tutazá. El jefe realista, general Jose Barreiro, se jactaba de decir: ¡ Ni Dios me quita la victoria!...y fue derrotado.
El 24 de mayo de 1821, procedente de Barinas rumbo a la gloria en Carabobo, al pasar por Guanare, se encomendó a la Virgen de Coromoto.
El 14 de junio de 1824, le escribió al general chileno Bernardo O Higgins: "Dios guía los pasos de los hombres".
Desde Potosí le escribió a su hermana María Antonia el 27 de octubre de 1825: "protegeré la religión católica hasta que muera".
En el discurso a leer en el Congreso de Bolivia, preparado en Lima el 25 de mayo de 1826, expuso: "los padres de familia no pueden descuidar el deber religioso hacia sus hijos".
Igualmente expresó: "La Religión es la Ley de la Conciencia"
En Cartagena de Indias, al enterarse del asesinato del general Sucre, exclamó: ¡Santo Dios, se ha derramado la sangre de Abel!
En la hacienda de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, le dijo el 8 de diciembre de 1830 a Joaquín de Mier Benítez: "Jesucristo, Don Quijote y yo, hemos sido los grandes majaderos de la humanidad".
El 10 de diciembre de 1830, al dictar su Última Proclama y Testamento indicó: "En el nombre de Dios Todopoderoso. Amen...Yo...firmemente creo y confieso el alto y soberano misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
En la cláusula 14 expresó: " Dejó mis bienes a mis hermanas y sobrinos, para que los disfruten con la bendición de Dios".
Nota. Exteriorizo mi Fraternal saludo y agradecimiento, a los consecuentes seguidores de la columna Historia y Tradición, y al Diario El Carabobeño.
Eumenes Fuguet Borregales [email protected]