La arquidiócesis de Caracas, en la persona de su arzobispo, monseñor Raúl Biord Castillo, anunció con gran alegría y fervor, que el papa Francisco ha aprobado los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos del Dicasterio para las Causas de los Santos para la canonización del beato venezolano José Gregorio Hernández Cisneros.
Su Santidad ha decidido convocar en los próximos meses un consistorio de cardenales, que tratará entre otros puntos, la canonización de otros beatos y en el cual se establecerán las fechas.
La información fue publicada en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede del día 25 de febrero de 2025.
Este histórico acontecimiento, largamente esperado por el pueblo venezolano, es un reconocimiento a la vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza. La iglesia católica reconoce su vida de santidad, acompañada de una devoción universal, que hoy le permite ser elevado al altar.
Un proceso histórico
La canonización de José Gregorio Hernández es un hito histórico para Venezuela y para la Iglesia Católica. Se trata del primer santo venezolano proclamado por la Iglesia Católica Universal.
Su Causa de Santidad inició poco después de su muerte, en 1949, cuando era arzobispo de Caracas monseñor Lucas Guillermo Castillo, y ha pasado por diferentes etapas a lo largo de los años: en 1986, el Papa Juan Pablo II lo declaró Venerable, reconociendo sus virtudes heroicas; en 2020, el papa Francisco aprobó un milagro atribuido a su intercesión, lo que permitió su beatificación en abril de 2021.
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Finalmente, este 25 de febrero de 2025, el papa Francisco ha aprobado el voto positivo para su canonización, cuya fecha será definida en los próximos meses.
Diferentes personas han acompañado en este proceso, en particular los cardenales Baltazar Enrique Porras Cardozo y Jorge Liberato Urosa Savino, grandes impulsores de la causa. Así mismo diferentes postuladores y vicepostuladores, entre los que destacan la doctora Silvia Correale, el P. Gerardino Barracchini, monseñor Tulio Ramírez Padilla y monseñor Fernando José Castro Aguayo.
Vida y obra de un santo venezolano, José Gregorio Hernández
José Gregorio Hernández nació en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864. Desde joven, demostró una gran inteligencia y una profunda vocación de servicio. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela y se especializó en París, donde se destacó por su excelencia académica y su compromiso social.
A su regreso a Venezuela, ejerció la medicina con pasión y entrega, especialmente entre los más pobres y desfavorecidos. Su consultorio se convirtió en un refugio para aquellos que no tenían recursos para acceder a la atención médica. José Gregorio no solo curaba enfermedades, sino que también brindaba consuelo espiritual y apoyo emocional a sus pacientes.
Además de su labor como médico, José Gregorio fue un hombre de profunda fe católica. Su religiosidad impregnó su vida y su trabajo, y se manifestó en su amor al prójimo y en su dedicación a los más necesitados.
Desde su muerte en 1919, Hernández se ha convertido en una figura icónica en Venezuela y el mundo. Sus fieles le rezan en busca de sanación.
Su vida y su obra son un ejemplo de amor al prójimo, de entrega a los demás y de fe en Dios. Su legado perdura en el corazón de quienes lo veneran y de quienes han recibido los milagros de Dios bajo su intercesión.
José Gregorio Hernández es un santo para nuestro tiempo, un modelo de laico cristiano que nos invita a vivir la fe con alegría y compromiso, y a poner al servicio de los demás nuestros talentos y capacidades.
La canonización de José Gregorio Hernández es motivo de celebración para todos los venezolanos.
Papa Francisco: Un médico lleno de ciencia y fe
El papa Francisco aprobó el decreto para la canonización del beato venezolano José Gregorio Hernández Cisneros. Lo hizo mientras se encuentra hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, informó este martes el Vaticano.
Francisco firmó el decreto durante la visita que le hicieron el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el sustituto de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra.
Hernández Cisneros, conocido como el "Médico de los pobres" (1864-1919) fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas.
El papa Francisco había destacado la figura de Gregorio Hernández, tras la beatificación: "Era un médico lleno de ciencia y de fe que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo. Como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica", dijo el pontífice tras el rezo del Regina Coeli el 2 de mayo de 2021.
El médico venezolano José Gregorio Hernández, fallecido en 1919, fue beatificado en Caracas. Fue en una reducida ceremonia, acorde a las medidas de seguridad que marcaban entonces la pandemia, a la que tan solo asistieron unas 150 personas.
La beatificación se produjo después de que Francisco reconociera el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano Ortega. Ella recibió un disparo en la cabeza durante un asalto mientras se encontraba con su padre. Los médicos que la atendieron la habían desahuciado.
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El suceso ocurrió en marzo de 2017, en el estado central de Guárico, cuando la pequeña tenía 10 años. Después de que los médicos que la atendieron dijeran a sus padres que la niña iba a fallecer, su madre rezó a José Gregorio para su curación. Por esta razón, según la versión de sus familiares, avalada por al papa, se salvó.
El médico de los pobres, un galeno que combinó sus conocimientos científicos y su profunda vocación religiosa durante sus 54 años de vida, fue siempre muy venerado en Venezuela. Se le atribuyen miles de milagros y solo el de la pequeña ha sido reconocido por el Vaticano. La popularidad y cariño entre sus ciudadanos, que tras su muerte comenzaron a venerarlo y a llamarle santo, se inició desde que era muy joven, debido a la generosidad con la que siempre actuó.
El médico murió en Caracas el 29 de junio de 1919 cuando un vehículo lo atropelló y en la caída se fracturó el cráneo al golpearse con una acera.
A su funeral asistieron miles de personas y el principal cerro de Caracas, conocido como Ávila, quedó despoblado de flores después de que fueran cortadas para llevárselas al doctor, cuyo féretro fue cargado en brazos por el pueblo.
Con nota de prensa de la Conferencia Episcopal Venezolana y EFE