Las selecciones sub-20 de Brasil y Argentina, ya clasificadas al Mundial de la categoría, buscan ahora el título del Campeonato Sudamericano que se disputa desde el pasado 23 de enero en Venezuela y finaliza este domingo.
Ambos equipos llegan empatados a la quinta y última fecha del hexagonal final, con 10 puntos cada uno en la tabla de posiciones, donde la Canarinha, dirigida por Ramon Menezes, y la Albiceleste, con Diego Placente como director técnico, ocupan el primer y segundo lugar, respectivamente, tras haber cosechado tres victorias, así como un empate, de 1-1, entre ellos mismos el pasado jueves.
Les siguen las selecciones de Colombia y Paraguay, con seis unidades cada una, luego de haber vencido en la pasada jornada, cuando confirmaron su pase al Mundial Sub-20 que se jugará del 27 de septiembre al 19 de octubre próximos en Chile, clasificado por ser el anfitrión.
Este domingo, se enfrentarán Uruguay y Colombia, Brasil y Chile, y Argentina y Paraguay, con el estadio José Antonio Anzoátegui (este), en la ciudad de Puerto la Cruz, como el escenario de la jornada final del torneo, que también se jugó en Caracas, Cabudare y en Valencia.
De momento, el colombiano Néiser Villarreal se corona como el jugador con más goles del campeonato, con siete, seguido del argentino Claudio Echeverri, que acumula seis -y tres asistencias-, y el chileno Juan Francisco Rossel, con cinco tantos.
Las polémicas del Sudamericano Sub-20
La XXXI edición de este torneo, que reunió a diez selecciones nacionales sub-20 de Suramérica, estuvo precedida por polémicas.
De su sede original, en la ciudad de Arequipa, en Perú, fue trasladado a Venezuela después de la detención y posterior liberación del presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, por una presunta trama de corrupción en el organismo deportivo.
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Y a escasos días del pitido inicial, se oyeron voces en Argentina, Brasil y Uruguay contrarias a la celebración de la competición en Venezuela, que vive una crisis política tras las presidenciales del año pasado, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) -controlado por rectores afines al chavismo- proclamó la cuestionada reelección de Nicolás Maduro, denunciada como "fraudulenta" por la oposición mayoritaria, que reclama el triunfo de Edmundo González Urrutia.
