Un reciente estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition ha revelado que el consumo regular de café se ha asociado con un menor riesgo de demencia en personas mayores. Sin embargo, este beneficio parece estar ligado específicamente al café con cafeína y sin azúcar.
Los investigadores sugieren que la cafeína, al actuar como estimulante cognitivo, podría contrarrestar los procesos neurodegenerativos asociados con la demencia. Además, la ausencia de azúcar en la bebida previene los efectos negativos del azúcar en la salud cerebral y metabólica, lo que potencia aún más el efecto protector del café.
Es importante recordar que este es solo uno de los factores que influyen en el riesgo de demencia y que otros aspectos como la genética, el estilo de vida y otras condiciones médicas también juegan un papel importante. Se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos y determinar la dosis óptima de café para obtener estos beneficios.
Menor riesgo de desarrollar Alzheimer
En un extenso estudio realizado en el Reino Unido, con una muestra de 204.847 personas de entre 40 y 69 años, reveló una asociación significativa entre el consumo de café y la reducción del riesgo de demencia y Parkinson. Los investigadores, provenientes de diversas instituciones chinas, analizaron los historiales médicos de los participantes durante un promedio de nueve años, incluyendo sus hábitos de consumo de café y el diagnóstico de demencia.
Los resultados mostraron que el consumo de café con cafeína, especialmente sin azúcar, se asoció con un menor riesgo de desarrollar Alzheimer, otras demencias relacionadas y Parkinson. Es importante destacar que esta asociación no se observó en aquellos que consumían café endulzado, ya sea con azúcar o edulcorantes artificiales.
Para facilitar el análisis de los datos, los investigadores categorizaron a los participantes en cinco grupos distintos según su consumo diario de café, basándose en los reportes proporcionados por ellos mismos. Estos grupos fueron: no consumidores de café, consumidores de 0 a 1 taza por día, de 1 a 2 tazas por día, de 2 a 3 tazas por día y consumidores de más de 3 tazas por día. Esta clasificación permitió a los investigadores comparar los riesgos de demencia y Parkinson entre los diferentes niveles de consumo de café y determinar si existía una relación dosis-respuesta.
Si bien la mayor significación estadística se encontró en el grupo de consumidores de más de 3 tazas de café al día, los resultados generales del estudio revelaron que, en comparación con los no bebedores de café, los bebedores de café de cualquier cantidad tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
En concreto, se observó una reducción de al menos 34% en la probabilidad de desarrollar Alzheimer y enfermedades relacionadas; 37% menos de probabilidades de desarrollar Parkinson y 47% menos de probabilidades de morir a causa de una enfermedad neurodegenerativa durante el período de estudio. Estos hallazgos sugieren que incluso el consumo moderado de café podría tener un efecto protector contra estas enfermedades.
¡Cuidado con el azúcar!
Un descubrimiento clave de este estudio es que los beneficios del café para la prevención de enfermedades neurodegenerativas solo se observaron en aquellos que lo consumían sin azúcar y con cafeína. Los investigadores sugieren que la cafeína, conocida por sus propiedades estimulantes y neuroprotectoras, podría ser el componente clave detrás de esta asociación.
Se especula que el azúcar y los edulcorantes artificiales podrían interferir con los efectos beneficiosos de la cafeína en el cerebro, posiblemente a través de mecanismos como la inflamación o la resistencia a la insulina. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para comprender completamente esta interacción y confirmar si el azúcar realmente anula los efectos protectores del café.
Es importante destacar que este estudio es de naturaleza observacional, lo que significa que solo puede mostrar asociaciones entre el consumo de café y el riesgo de demencia, pero no puede probar una relación causa-efecto directa.
Los datos recopilados no son lo suficientemente completos como para determinar si el consumo de café realmente previene la demencia, si las primeras etapas de la demencia están alterando los hábitos de consumo de café de las personas o si existe un tercer factor desconocido que influye tanto en el consumo de café como en el riesgo de demencia. Por ejemplo, es posible que las personas que consumen café con regularidad también tengan otros hábitos saludables que contribuyan a reducir su riesgo de demencia, como una dieta equilibrada, ejercicio regular o un estilo de vida activo.
Los hallazgos de este estudio se suman a la creciente evidencia que sugiere que el café, especialmente sin azúcar y con cafeína, podría tener beneficios para la salud cerebral. Estudios anteriores han encontrado que el café podría prevenir el empeoramiento de la demencia, reducir el riesgo de Parkinson e incluso estar asociado con una mayor longevidad.
Sin embargo, la relación entre el café y la salud cerebral es compleja y parece depender de varios factores, como la cantidad consumida, el tipo de café (con cafeína o descafeinado), la presencia o ausencia de azúcar u otros endulzantes y la edad y el estado de salud de la persona. Los investigadores enfatizan que añadir azúcar o edulcorantes artificiales al café puede tener efectos nocivos y debe tomarse con cautela.
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