«Hay días que no tengo ganas de hablar, y, sin embargo, hablo. Hay otros que quiero hablar y no puedo hacerlo, pero la mayoría de los días me enfrento a la agotadora tarea de escoger cada palabra para poder decir las cosas sin decirlas. Durante este tiempo al aire hemos construido una forma de entendernos, ha sido un trabajo complejo y no siempre comprendido, y me temo que será aún más difícil ahora. Este es hoy otro país y el que está adentro lo sabe, lo vive».

Con esta frase, incluida dentro de un gran comunicado público en redes sociales, la periodista venezolana Shirley Varnagy retomaba su trabajo en 2025, tras las vacaciones de diciembre 2024, frente a los micrófonos de su programa transmitido todas las mañanas a través del circuito radial Onda FM.

Ese texto, que también incluyó un video, sirvió no solo como introducción a esta nueva temporada; sino para denunciar, como ella misma lo dice allí, con palabras cautelosas, la situación de los medios audiovisuales en Venezuela, en los que pareciera ya no permitirse las voces críticas para hablar de temas contrarios a lo que hace el gobierno de turno.

Pero no solo es Varnagy quien en su espacio radial no habla, de manera directa, de muchas situaciones y solo se limita a leer noticias o entrevistar a invitados de temas ligeros o de corte internacional; la autocensura, según refieren los expertos en Comunicación Social, hace varios años tomó los micrófonos de la mayoría de los programas de radio y televisión locales.

Sin periodismo crítico

Según la ONG Espacio Público, las propias audiencias reconocen esta crisis y demandan un periodismo riguroso que aborde aspectos relacionados con la política y la economía, pero ya en los espacios radioeléctricos no se transmiten ese tipo de información y se opta por las alternativas independientes digitales en internet o redes sociales.

“Las personas buscan información confiable, quieren informarse, sortean todo tipo de obstáculos para acceder a información de calidad y reclaman análisis profundos sobre los acontecimientos que afectan sus vidas”, afirma.

Pero la vocación por el periodismo y la entrega de información de calidad trae consigo riesgos y es a lo que se exponen cada día los periodistas críticos en Venezuela, agrega la ONG, cuyo director, Carlos Correa, a principios de este año fue detenido por autoridades del gobierno de Nicolás Maduro y excarcelado 8 días después de su captura.

Destaca Espacio Público que tan sólo en 2024, año electoral, la situación de la libertad de prensa en Venezuela se vio gravemente afectada con la detención de 14 periodistas y el desplazamiento forzado de 27 trabajadores de la prensa de sus localidades o del país. Además, se registraron 96 hechos de discurso estigmatizante, así como censura y bloqueos de información, evidenciados por 39 bloqueos de sitios web, 20 cierres de emisoras de radio, 58 incidentes de limitaciones de acceso a la información pública, 85 restricciones en internet 41 hechos de censura directa.

Recrudecimiento postjuramentación

La represión, la censura y el acoso por parte del Estado a periodistas, medios de comunicación y ciudadanía por expresarse continuaron entre el 10 y el 12 de enero, en el contexto de la juramentación de Nicolás Maduro para el período 2025 – 2031 y las acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición, destaca un informe de Espacio Público.

Si bien, para el 10 de enero no fueron convocadas manifestaciones de calle en rechazo a la juramentación de Maduro, desde tempranas horas del día se registraron bloqueos a redes sociales y servidores DNS públicos con el fin de imponer la censura y evitar la libre circulación de información.

La red social TikTok se ha visto bloqueada en Venezuela, desde esos días de la juramentación de Maduro, durante varias horas de la madrugada. El Observatorio de Internet VE sin Filtro reportó bloqueos de tipo DNS, HTTPS/HTTP y la organización TCP IP ha registrado bloqueos simultáneos por parte de las operadoras Movistar, Digitel, Inter, Airtek, Vnet y Gnetwork; mientras que Cantv, NetUno y Supercable mantienen sus bloqueos desde la medianoche del 9 de enero.

Mordaza digital

En el segundo semestre de 2024, algo que se está extendiendo hasta estas primeras semanas de 2025, la censura en Venezuela alcanzó niveles sin precedentes, según un informe de la organización VE Sin Filtro, parte de Conexión Segura y Libre. Durante este período, se documentaron 561 eventos de bloqueos de internet y 63 portales informativos fueron bloqueados, restringiendo severamente el acceso de los ciudadanos a información libre y abierta.

Andrés Azpúrua, director de la ONG Conexión Segura y Libre, afirma que la situación se agravó tras las elecciones presidenciales del 28 de julio. Azpúrua mencionó que el bloqueo de la red social X, crucial para la difusión de información en Venezuela, se intensificó tras esas presidenciales, junto con la censura de cualquier contenido relacionado con el comando de campaña de la oposición que intentara publicar resultados electorales.

Azpúrua describió un panorama donde prácticamente todo el ecosistema de medios independientes está bajo bloqueo, afectando no solo a medios de comunicación sino también a organizaciones no gubernamentales, proyectos de derechos humanos, y herramientas digitales como plataformas de streaming y mensajería instantánea. Destacó el bloqueo de más de 40 servidores DNS por parte de Cantv, la principal proveedora de internet en el país, lo que dejó a muchos usuarios sin acceso a internet durante el 10 y 11 de enero.

La censura se ha extendido a la crítica política, páginas de ONG y la prensa, haciendo extremadamente difícil el ejercicio del periodismo, especialmente en contextos de protesta y en la difusión de información crítica.

Azpúrua concluyó que la censura en internet es un problema creciente en Venezuela, evidenciando una estrategia de control y represión por parte del chavismo