En el marco del 70° aniversario de la ONG Fe y Alegría, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) resaltó la labor de esta institución y elogió la apuesta del movimiento por la educación popular.
«El país cuenta con instituciones con personal, que persevera en su vocación, acompaña a los estudiantes y sus familias; con iniciativas formativas, de diálogo y reflexión que contagian esperanza. Los maestros y maestras de Fe y Alegría están convencidos que la educación de calidad es requisito para una cultura democrática, para ser un país productivo, para combatir la marginalidad, para superar la violencia y lograr la reconciliación y convivencia ciudadana», manifestó la cúpula eclesiática mediante un comunicado..
A través de su Comisión de Educación y Pastoral Universitaria y Centro de Cultura, Educación y Comunicación, la CEV aseveró que “sin Fe y Alegría no hay educación popular”.
Jesuitas también felicitan
El general de la Compañía de Jesús, padre Arturo Sosa, también escribió una carta de felicitación a todo el movimiento y comunidad educativa de Fe y Alegría.
En esta carta, destaca el papel de la educación como «un acto de esperanza y la importancia de mantener vivo el compromiso con la justicia educativa en un mundo donde millones de niños y jóvenes aún no tienen acceso a una educación digna».
Sosa resaltó también la capacidad de Fe y Alegría para adaptarse a los desafíos actuales, consolidándose como un movimiento de educación popular que sigue innovando, fortaleciendo alianzas y promoviendo una ciudadanía crítica y solidaria.
«Se subraya el rol clave del movimiento en la defensa de la educación como un derecho fundamental y un bien público, así como su aporte a la misión de la Iglesia y a la construcción de sociedades más justas», dijo.
Este aniversario – según insiste Arturo Sosa – no es solo un momento de celebración, sino una oportunidad para renovar el compromiso con la misión de Fe y Alegría: «seguir ofreciendo una educación liberadora, de calidad y con sentido, al servicio de los más vulnerables. Como recuerda la carta, la educación popular no es una educación pobre para los pobres, sino una propuesta integral que dignifica, transforma y abre caminos de esperanza».
El padre general de los Jesuitas termina deseándonos que estos 70 años “sean un impulso para mirar al futuro con valentía y creatividad, reafirmando el llamado a ser testigos de la fe y constructores de alegría en cada aula, comunidad y rincón del mundo donde la educación sigue siendo la clave para la libertad y la justicia.”