Hace 70 años, Venezuela vio nacer a la Federación Internacional de Fe y Alegría, una iniciativa que con el tiempo ha ratificado su voluntad de ser la mayor organización no gubernamental al servicio de la educación en el país, con extensión a varias naciones de Latinoamérica.
Esta ONG sin fines de lucro, que promueve la educación integral y el desarrollo social, fue fundada el 5 de marzo de 1955, con el compromiso de brindar educación gratuita de calidad a las personas más vulnerables.

Joven de siete décadas
«Si ser joven significa tener el corazón lleno de ideales y de sueños y el coraje para hacerlos realidad, Fe y Alegría está llegando a sus 70 años con un espíritu juvenil y emprendedor que se crece ante las dificultades y le lleva a refundarse y actualizarse permanentemente para servir mejor a las poblaciones excluidas y pobres en los 22 países en los que despliega sus banderas de educación integral de calidad», dijo sobre este aniversario Antonio Pérez Esclarín, director del Proyecto de Formación de Educadores Populares de Fe y Alegría.
Pérez Esclarín, quien es pedagogo, filósofo, educador y formador de formadores y dirige el Cento de Formación e Investigación Padre Joaquín, agregó que en estos tiempos en que la educación de Venezuela «vive una de las peores crisis de su historia, con unos 3 millones de alumnos en edad escolar fuera del sistema educativo; gran déficit de educadores que se han marchado del país o han abandonado su profesión por no poder sobrevivir con sueldos de miseria; y miles de centros educativos en condiciones lamentables; Fe y Alegría renueva su compromiso de seguir trabajando con entusiasmo por salvar la educación y por transformar la educación para que responda a las necesidades de los alumnos y a los problemas que enfrentamos».
Fe y Alegría por una mejor educación
Por su parte, Luis Pernalete, coordinadora de Educación para la Paz de Fe y Alegría, expresó que hoy más que nunca hay que enfatizar las ideas que el fundador de esta ONG, el padre José María Vélaz, tuvo para la creación de la iniciativa y honrar su lucha por una mejor educación.
«Vélaz animaba a otros a fundar escuelas, y les daba libertad. Y Vélaz llego un momento en el que decidió dejar la Dirección nacional y se fue al interior a fundar escuelas granjas. Nada de aferrarse al cargo», dijo.
Pernalete añadió que «Vélaz se atrevió a crear esa primera escuela después de recorrer la comunidad y escuchar a las familias, lo que les preocupaba, conocer el contexto y escuchar sigue siendo importante. Y luego se alió con la comunidad y con Abraham y Patricia Reyes. Aliarse con vecinos, con las familias, otra orientación, junto con la de confiar y la de atreverse. ¿Cuántas veces se atrevió él y lo pedía al movimiento? Hoy tenemos que seguir atreviéndonos, aunque no siempre tengamos seguridad del éxito».

¿Quién fue su fundador?
Se trata del sacerdote jesuita José María Vélaz, una figura clave en la educación y la ayuda comunitaria en Venezuela, quien nació en Rancagua, Chile, el 4 de diciembre de 1910. Tras la muerte de su padre, cuando tenía cinco años, su familia se mudó a España: allí, Vélaz estudió en el internado de los Jesuitas en Tudela y más tarde en la Universidad de Zaragoza. En 1928, a punto de finalizar sus estudios de Derecho, ingresó en la Compañía de Jesús, lo que marcó el inicio de su vocación religiosa y educativa.
En 1946 lo enviaron a Venezuela como parte de su misión jesuita. Dos años después, en 1948, lo nombraron rector del Colegio San José de Mérida. Durante su gestión, no solo desarrolló el colegio, sino que también fundó una red de escuelas en áreas rurales de los Andes venezolanos para ampliar la cobertura educativa.
Al finalizar su periodo como rector, intentó poner en marcha un proyecto de escuelas campesinas en los llanos de Barinas, pero la propuesta no recibió la aprobación de sus superiores. En 1954, lo trasladaron a la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. Ahí, en 1955, fundó Fe y Alegría, una organización con un impacto medular en la educación de poblaciones desfavorecidas en distintos países. 11 años después, se crearon los cinco primeros colegios en Perú.
Actualmente, este movimiento se encuentra activo en 21 países del mundo, la mayoría en Sur y Centroamérica, con presencia también en poblaciones pobres de Italia, Chad (África), España y Madagascar (África).