La ONG Formación Venezolana para la Dirigencia Sindical (Fordisi) denunció este lunes que los bajos salarios, la angustia del día a día, el acoso y las duras condiciones laborales están minando la salud física, emocional y psicológica de los docentes venezolanos.
«En Venezuela, hay una crisis generada por el tema del salario, que está forzando a los docentes, incluso, a renunciar parcialmente a sus 40 horas semanales, una carga horaria considerada como completa. Los sueldos públicos, calificados de irrisorios, han llevado al sector educativo a un punto crítico. Cada vez más profesores optan por reducir sus cargas laborales», alertó Gricelda Sánchez, presidenta de esta organización.
Sánchez exigió al gobierno de Nicolás Maduro respuestas claras, pues a su juicio falta voluntad política para atender los reclamos de docentes y otros trabajadores de la Educación.
“El patrono debe atender las demandas legítimas de los trabajadores y respetar a los maestros que reclaman ante el Ministerio. Algunos funcionarios designados por Héctor Rodríguez han mostrado insensibilidad e ineptitud, violando sistemáticamente derechos constitucionales, leyes laborales y educativas”, afirmó Sánchez.
Dijo además que el ministro Rodríguez le ha dado prioridad a otros asuntos menos importantes, como la compra por parte de su despacho de una flota de más de 335 vehículos, nuevos de agencia, para labores de supervisión en todos los municipios del país.
«En tiempos de crisis, la prioridad debería ser unidades de transporte escolar. El pasaje estudiantil prácticamente desapareció, el transporte público es inexistente en algunas localidades, es alarmante e inhumano que los estudiantes caminen 1,2,3 y hasta más kilómetros desde sus hogares para llegar a clases”, señaló.
Agregó que esta crisis salarial y educativa ha empujado a cientos educadores a buscar alternativas fuera del sistema público.
“El salario del Ministerio es de apenas $0,025 por hora. Eso obliga a los docentes a intentar trabajar solo 8, 16 o 24 horas semanales. Con esto, podrían dedicar 1, 2 o 3 días a dar clases por hora, evitar roces y sumar ingresos en el sector privado, donde el pago arranca en $2 por hora, unas 80 veces más», dijo.
“La persecución injusta empeora una crisis ya insostenible. Esa situación se suma a la falta de apoyo a niños y jóvenes, lo que pone en riesgo el colapso total del sistema educativo», añadió.