"Trump mezcla desinterés y furia frente a América Latina"
Donald Trump empezó su segundo mandato como presidente de EE.UU. con la firma de decenas de órdenes ejecutivas. Credit: Getty Images

Las recientes medidas de Donald Trump contra los migrantes y otros grupos minoritarios ─firmadas en su juramentación como presidente de Estados Unidos─ encienden las alarmas en ese país.

Ser migrante y personas pertenecientes a la comunidad Lgbtiq+ es estar expuesto a las medidas draconianas del nuevo gobierno del empresario norteamericano, que incluso autoriza redadas migratorias en escuelas, colegios y hasta iglesias.

Donald Trump cargó contra los migrantes durante todo 2024. Su campaña electoral se basó, principalmente, en reforzar la tesis de que la frontera sur de Estados Unidos está en riesgo y que los migrantes estaban invadiendo el país. Sus promesas de campaña se basaron, principalmente, en asegurar que sus primeras medidas serían en referencia a estas personas. 

El nuevo mandatario norteamericano cumplió con sus promesas y, de inmediato, ordenó sellar la frontera sur, declararla en emergencia nacional, militarizarla y suspender todos los programas que beneficiaban a los migrantes de al menos seis países, así como a quienes estaban a la espera de ingresar desde el lado mexicano. 

“Queda claro que la intención de Trump es deportar a la mayor cantidad de personas indocumentadas que pueda. Él había comentado de millones, queda muy claro que su intención y la de muchas personas en su gobierno, es llevar a cabo su promesa de campaña”, dijo Maureen Meyer, vicepresidenta de programas en la Oficina de Washington para América Latina (Wola, por sus siglas en inglés). 

Preocupación similar tiene la organización Amnistía Internacional, que emitió un contundente comunicado el propio 20 de enero. “El historial del primer mandato del presidente Trump y las promesas de su campaña advierten de importantes amenazas para los derechos humanos durante su segunda presidencia. Para todos los retos y males que afronta la humanidad, centrarse en los derechos humanos para todas las personas sin distinción es siempre la solución y es más importante que nunca”, dice la organización. 

Donald Trump avanza en sus promesas de campaña

El nuevo presidente de Estados Unidos no tardó ni 24 horas en firmar más de 50 órdenes ejecutivas, enfrente de medios de comunicación y en un auditorio llenos de personas a las que le arrojó los marcadores con las que firmó las órdenes.

Dichas regulaciones tienen el mismo peso de una ley; sin embargo, pueden ser suspendidas, impugnadas o revocadas por tribunales y cortes estatales. 

Durante ese primer día, Trump se concentró en la migración. De un plumazo decretó emergencia nacional en la frontera sur, ordenó su cierre y planteó retomar la construcción del muro fronterizo que prometió en su primer periodo y no pudo terminar. 

También volvió a instaurar el plan “Quédate en México” para los migrantes y anuló las nuevas solicitudes de parole humanitario, así como eliminó la aplicación CBP One. 

El temor viene ahora con los anuncios referidos a las masivas deportaciones que Trump tiene en mente, pero también a la autorización para hacer redadas en iglesias y colegios, lugares que eran seguros para los migrantes en Estados Unidos. 

“Creo que estas medidas podrían llevar a la separación familiar de muchas personas migrantes, incluyendo a más de cinco millones de ciudadanos de Estados Unidos que sus papás son indocumentados en el país. También podría haber un impacto dramático en la región”, explicó Maureen Meyer a Efecto Cocuyo. 

Si las deportaciones empiezan, los gobierno receptores tienen que prepararse para la recepción masiva de connacionales. Esto podría ocurrir en cualquier momento. “El gobierno de Trump no solo quiere deportar a la gente, sino también limitar las pocas vías legales que existían para poder entrar al país”, indicó la vicepresidenta de programas de Wola a Efecto Cocuyo. 

¿Qué opinan los migrantes venezolanos en Estados Unidos?

La función de la población migrante en Estados Unidos es fundamental. Asiáticos, africanos y latinoamericanos comprenden buena parte de las bases fundacionales de un país que nació gracias a los migrantes y al trabajo de estos. Es por ello que las deportaciones masivas generan preocupación, no solo social, sino en lo económico. 

“El gobierno de Trump debe pensar en el impacto económico en Estados Unidos de sus políticas. Las personas migrantes pagan impuestos, contribuyen al sistema de seguro social del cual no son beneficiarios y algunos son empleadores. Habrá un impacto dramático en la economía”, explicó Maureen Meyer a Efecto Cocuyo. 

Sectores como la construcción y la hostelería son, básicamente, sostenidos por población migrante. Ocurre una situación similar con la agricultura y con otros servicios públicos. 

“Me da algo de miedo el tema de las deportaciones. En su mandato pasado esas ideas no tenían tanto apoyo. Pero ahora es diferente. Da miedo todo lo que dice. Sin embargo, yo apoyo que expulse a las personas que han cometido delitos graves”, dijo Darío Ramírez, migrante venezolano que vive en el estado de Texas a Efecto Cocuyo.

“Nosotros contribuímos de forma honrada al país. Creo que los que estamos en ese plano deberíamos tener algún tipo de beneficio. Me daría miedo que me saquen de acá porque he establecido mi vida en este lugar”, agregó Ramírez. 

Paola Rivera, migrante venezolana que vive en el estado de Florida también ve con preocupación los anuncios de Donald Trump. “Mucha gente no sabe que acceder a una visa o que pagar un abogado es muy costoso. Eso no se puede hacer mientras estás trabajando y buscando resolver tu día a día. Me preocupa que la población que se verá afectada será gente que esté esperando asilo o algún otro tipo de protección”, dijo a Efecto Cocuyo. 

“Me afecta directamente porque temo que suspendan los programas de protección temporal. Acá no hay embajada o consulado venezolano entonces arreglar papeles se hace más cuesta arriba. Si yo pierdo mi estatus, pierdo garantías para poder estar acá. Esta es mi segunda migración y, después de siete años, se hace muy agotadora la idea de empezar de cero en otro lugar”, agregó Rivera.