• Los mitos antivacunas, como la creencia de que causan infertilidad o contienen microchips, son infundados y carecen de evidencia científica
  • Las vacunas siguen siendo esenciales para prevenir enfermedades, incluso aquellas que no están presentes en ciertas regiones
  • La desinformación sobre las vacunas es promovida por movimientos y figuras públicas que ponen en peligro la salud colectiva. Es crucial verificar la información antes de tomar decisiones al respecto

El movimiento antivacunas ha estado aún más presente en el mundo en los últimos años, sobre todo con la pandemia por Covid-19 con diversos mitos que surgieron sobre su vacunación.

Aunque en Cocuyo Chequea ya explicamos que es falso que las vacunas causan autismo, una creencia originada en 1998;  tras solicitudes de verificación a la Tía del WhatsApp, el chatbot de Efecto Cocuyo para contrarrestar los efectos de la desinformación y al cual te puedes unir acá, decidimos desmentir otros cinco mitos antivacunas muy comunes que pueden poner en riesgo tu salud. 

Mito 1: Las vacunas no son necesarias si previenen enfermedades casi erradicadas o que no existen en mi país

Aunque hay enfermedades endémicas, que se presentan en áreas geográficas específicas, como lo es la fiebre amarilla, cuyo foco de propagación está en 13 países de Centroamérica y Sudamérica, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es importante seguir los esquemas de vacunación mundiales para evitar su contagio.

En este punto, surge la pregunta de por qué hay que vacunarse contra enfermedades poco comunes o que no existen en nuestro país, a lo que la OPS responde:

 “Aunque las enfermedades prevenibles por vacunación se han vuelto poco comunes en muchos países –gracias a la vacunación– los virus y las bacterias que las causan continúan circulando en algunas partes del mundo. No respetan las fronteras y pueden infectar a cualquiera que no esté protegido”.

Es decir que, independientemente de si la enfermedad está presente en el área geográfica o no, es importante cumplir los esquemas de vacunación, ya que una persona de otra región puede transportar agentes infecciosos y transmitirlos a personas no protegidas. “Además, hay enfermedades que no se pueden eliminar ni erradicar, como la gripe, la tos convulsa, entre otras”, explica la Fundación Huésped.

Un caso que genera reflexión al respecto, es el de Marine Eraville, adolescente que murió en julio de 2018 por el brote de sarampión resucitado por los antivacunas. “El sarampión es una de las graves enfermedades que han regresado a Europa por dos factores: el descenso en la cantidad de vacunas cubiertas por la Sanidad en los diferentes Estados debido a la crisis, y el arraigo de los postulados pseudocientíficos contrarios a las vacunas”, explica el medio El Español

Imagen: cortesía de Aula 365

Mito 2: Las vacunas contra el coronavirus tienen microchips para rastrear o controlar a las personas

Este es uno de los mitos más analizados y desmentidos por los medios dedicados a la verificación de información (fact-cheking). Pues el I Estudio sobre Bulos en Vacunas, arrojó que el 53% de los ciudadanos españoles creía en la implantación de microchips en las vacunas, de los cuales, el 45% desconocía la existencia de grupos de antivacunas que difundan desinformaciones de salud antes de la pandemia.

En 2020, durante la pandemia de coronavirus, se viralizó en redes sociales que “»Bill Gates usará implantes de microchips para combatir el coronavirus«, verificado por Reuters. Basado en esto, la desinformación recomendaba no acceder a las aplicaciones relacionadas a la vacunación después de la inoculación. Sin embargo, medios verificadores como Chequeado de Argentina, Colombia Check de Colombia, Poynter y PolitiFact de Estados Unidos, han comprobado que esto es falso y que son teorías conspirativas que no tienen evidencia científica, cuyo objetivo fue desinformar contra la vacuna del coronavirus.

El medio de verificación FactChequeado explica que esta desinformación surgió de una desinformación del diario El Universal que afirmaba que “Bill Gates confirma que van a implantar chips en las vacunas del SARS-CoV-2”, originada de una sesión de preguntas en Reddit en la que Gates afirmó otorgar «certificados digitales«, pero no de microchips en las vacunas. 

Ante la pregunta de un usuario sobre “los cambios que se tendrían que hacer en la forma en que operan las empresas para mantener la economía y proporcionar distanciamiento social”, el medio Maldita describe que Gates respondió: «La cuestión de qué empresas deberían continuar es complicada. Ciertamente, el suministro de alimentos y el sistema de salud (…) Eventualmente tendremos algunos certificados digitales para mostrar quién se recuperó o se hizo la prueba recientemente o, cuando tengamos una vacuna, quién la recibió«”, lo que originó la desinformación en cuestión.

Imagen: cortesía de Maldita.es

Por otra parte, la unidad El Detector del medio Univisión, cita las declaraciones que hizo el profesor de biología celular y del desarrollo biológico, Thomas Hope, quien explicó que dicha tecnología no existe. «Si alguien (que promueve esta teoría) tiene un teléfono en la mano, yo le diría que lo están rastreando. ¿Por qué alguien más tendría que hacerlo [rastrearlo]?«.

Mito 3: las vacunas causan infertilidad o esterilidad

El mito de que las vacunas causan infertilidad o esterilidad revivió con las vacunas contra el coronavirus. Sin embargo, estudios científicos como el publicado en la revista internacional Reproductive BioMedicine Online (RBMO) en enero de 2023, demuestran que “no hay ninguna influencia adversa de la vacunación [de Covid-19] en las tasas de fertilización, desarrollo embrionario y embarazo, obtenidas en receptoras de ovocitos. Hemos descubierto que los resultados con y sin vacunas no son significativamente diferentes”, como explica la embrióloga Aránzazu Bosch, investigadora del estudio y referenciada por el Instituto Bernabéu de medicina reproductiva.

Aunque estas investigaciones se han desarrollado desde la pandemia, los resultados se han tergiversado para desinformar, como la mal interpretaron los resultados de una investigación que supuestamente demostraba que 82% de embarazadas sufrieron abortos espontáneos luego de vacunarse, siendo falso, como explica el medio de verificación de Brasil, Lupa

Asimismo, en junio de 2023 se viralizó la desinformación de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ahora “admite que la vacuna contra el COVID causa infertilidad”. Sin embargo, el medio de verificación de España, Newtral, confirmó con la EMA y otros expertos que es falsa esta vinculación. 

Al contrario, “una investigación de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston concluyó que mientras las vacunas contra la Covid-19 no afectan a la fertilidad, la infección por coronavirus sí puede reducir temporalmente la fertilidad en hombres”, según el medio Europa Press.

Sin embargo, este mito también es recurrente hacia las vacunas contra el Virus de Papiloma Humano (VPH), una de las principales causas del cáncer de cuello uterino en Venezuela y en el mundo. El Global Advisory Committee on Vaccine Safety (Comité Asesor de Vacunas la Organización Mundial de la Salud (OMS)), concluyó según las investigaciones disponibles que no hay “una asociación entre la vacunación contra el VPH y la infertilidad o la insuficiencia ovárica primaria. El perfil de seguridad [de las vacunas de VPH] actualmente sigue siendo extraordinariamente favorable”. 

Imagen: cortesía de Ciencia UNAM

Mito 4: Las vacunas generan el crecimiento de los senos

Tras la viralización del video de una usuaria de TikTok que mostraba aumento en el tamaño de sus senos después de vacunarse con la vacuna del laboratorio Pfizer contra el Covid-19, surgió este mito; el cual es engañoso, puesto que sí “puede haber una inflamación temporal de los ganglios de la axila luego de la vacunación, pero no un aumento permanente del tamaño de los pechos”, como explica la Sociedad Argentina de Mastología.

Chequeado explica que esto sucede con otras vacunas como la de la gripe o la BCG, por un fenómeno llamado adenopatía o linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), que es un evento adverso asociado con varias vacunas. 

Asimismo, el equipo de Maldita incluyó en su verificación que aunque la adenopatía está entre los síntomas comunes del cáncer de mama, en este caso es solo un efecto secundario “de las vacunas contra la COVID-19, pero no hay relación entre esta inflamación y el desarrollo de cáncer de mama”; desmintiendo también esa creencia.

Además, la unidad Verifica, de la agencia EFE, explica que las “vacunas de ARN Mensajero pueden crear una hinchazón transitoria de los ganglios en la zona, pero no crecimiento de los pechos”.

Mito 5: Las vacunas tienen compuestos tóxicos para la salud

Es cierto que algunas vacunas contienen elementos como mercurio, aluminio o formaldehído, como reseñan sus propias etiquetas, pero como expone la OMS en la verificación Ecuador Chequea, estos químicos “usualmente se los encuentra naturalmente en el cuerpo, en la comida que consumimos y en el medio ambiente a nuestro alrededor – por ejemplo, en el atún. Las cantidades en las vacunas son muy pequeñas y no “envenenarán” o lastimarán al cuerpo”.

Por su parte, Clínic Barcelona explica que “El mercurio no es tóxico en todas sus formas. El mercurio que forma parte de las vacunas es el etilmercurio, que no tiene consecuencias negativas sobre la salud”. 

Este mito ha sido verificado por Ojo Público de Perú. En su verificación citan al doctor en farmacología, Alfonso Zavaleta, quien señaló “que los temores sobre las vacunas en el país [y el mundo] se remontan hasta hace más de una década, cuando surgió un mito acerca de que las vacunas con timerosal causan autismo”.

Anteriormente se usaba en las vacunas el tiomersal (otra forma de mercurio); y aunque este no ha demostrado una relación con el desarrollo de enfermedades, y mucho menos con el autismo, salió del mercado “por un principio de prudencia básico y por la alarma social que se ha creado alrededor de esta sustancia”, afirma el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones de la Asociación Española de Pediatría (Aepcav).

Es importante aclarar que el mercurio que pone en riesgo la salud es el metilmercurio, el cual no forma parte de las vacunas

Por otra parte, Clínic Barcelona reseña que “tampoco existe evidencia científica sobre intoxicación por aluminio relacionada con la vacunación. Existen otras fuentes naturales de aluminio mucho más frecuentes y habituales, como algunos alimentos o el tabaco”. A esto debe sumarse que “los alimentos de origen vegetal y el agua son los alimentos que presentan mayores concentraciones de aluminio de forma natural, y los cereales son los alimentos que tienen mayor cantidad de aditivos con aluminio”, según Aepcav.

Imagen: cortesía de Ecuador Chequea

Cuidado con los médicos y políticos antivacunas

La mayoría de estos mitos son infundados por movimientos antivacunas, que como explicamos en esta verificación, existen desde que se creó la primera vacuna contra la viruela en 1976. Uno de los movimientos actuales con mayor influencia en América Latina sobre desinformaciones y teorías conspirativas contra las vacunas del Covid-19 son “Médicos por la Verdad” y los “Epidemiólogos Argentinos”, quienes promovieron que la pandemia era falsa, llamándole “falsemia”, así como teorías de que el uso prolongado de los tapabocas era dañino, o que la vacuna contra el Covid-19 causó muertes repentinas, entre otras desinformaciones verificadas por Chequeado.

También hay políticos que forman parte de este movimiento, como el próximo secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr, designado por Donald Trump para su segundo gobierno que comienza el 20 de enero de 2025.

Aunque Kennedy no ha dado detalles de los planes como secretario de salud, es reconocido como un activista antivacunas que fundó en 2007 Children’s Health Defense, una organización que denuncia lo que considera prácticas dañinas en la industria farmacéutica y en la producción de vacunas, como explicamos acá según datos de la BBC, lo que pone en riesgo los protocolos de vacunación existentes en Estados Unidos. 

Conclusión

Los mitos antivacunas son creencias infundadas que ponen en riesgo la salud pública al desinformar a las personas y fomentar el rechazo hacia las vacunas, las cuales, como comprueba nuestro método de verificación, evitan la propagación de las enfermedades y/o reducen los riesgos al momento de padecerlas. 

Por ello, se debe entender que las vacunas son fundamentales para prevenir enfermedades, proteger a la comunidad y mantener el control sobre las pandemias y brotes. 

Los estudios científicos han demostrado la seguridad y eficacia de las vacunas, desmintiendo ampliamente las teorías conspirativas y los temores infundados por movimientos antivacunas, como la infertilidad, la presencia de elementos nocivos para la salud o de microchips. Verificar la información es una herramienta clave para combatir este tipo de desinformaciones que afectan la salud pública. Te invitamos a consultar cualquier contenido relacionado a las vacunas con la Tía del WhatsApp, nuestro chatbot de verificación de información.