Con una inversión de 225 millones de dólares, el proyecto del Parque Eólico de la Guajira, al norte del estado Zulia, en Venezuela, prometía ser una solución a los problemas eléctricos de los pueblos indígenas Wayúu y Añú, que conforman una población de casi 78.633 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2023.
Pero ha pasado más de una década desde la inspección de sus instalaciones por parte de Nicolás Maduro en su primer gobierno y el parque no es una fuente operativa de energía. Apenas 10 de las 12 torres están en pie y con muchas de sus piezas desvalijadas.
“Cuando empezaron esa construcción, el parque se veía imponente. Pero luego lo abandonaron y las piezas que iban desarmando (de las turbinas eólicas) los mismos militares que debían vigilar las vendían como chatarra”, relata Yudith*, habitante de la comunidad Los Aceitunitos, quien pidió resguardar su identidad al conversar con Efecto Cocuyo.
De estructura imponente a botes improvisados
En un recorrido hecho por Efecto Cocuyo en La Guajira, y en alianza con Noticias Sin Filtro, se pudo observar que, además de seguir enfrentando apagones prolongados y problemas para acceder a otros servicios como agua segura, el abandono del Parque Eólico es tal que algunas personas de la zona utilizan lo que queda de las piezas para navegar entre las lagunas cuando se inunda el sector.

“Algunas piezas de las que iban desarmando, iban cayendo en la carretera. Como vimos que eran duras, las usamos de ‘cayote’ (bote improvisado) para poder llegar a nuestras casas cuando se inunda el humedal, porque el agua nos llega casi al cuello y ahí no podemos caminar”, cuenta Rafael* (nombre cambiado a petición del entrevitado), encargado de uno de los ‘cayotes’ armados con piezas de la «nariz» de alguna turbina eólica del parque.

Frente al Parque Eólico, en comunidades como Las Guardias o Las Pitías, muchas viviendas no tienen electricidad o improvisan tomas eléctricas desde postes principales de la vía Troncal del Caribe —que conecta a Venezuela con Colombia—, sosteniendo las conexiones con troncos de árboles. Tampoco cuentan con una oficina de atención de Corpoelec.
Allí las lluvias crean grandes lagunas que impiden a las personas desplazarse fuera de sus hogares en búsqueda de alimentos o agua, sobre todo en Las Guardias, una de las comunidades que, según datos de Monitor DESCA, forma parte de más de 120 hogares alrededor del parque eólico que no fueron consultados sobre el proyecto.

“En un momento tuvimos mucha esperanza con el Parque Eólico, son años sin luz, pero se quedó en pura palabrería”, agrega Yudith*, quien debe tomar un ‘cayote’ para poder llegar a su vivienda, ubicada junto a otras ocho casas a poco más de 1 kilómetro desde la carretera principal.
Buscar agua potable es otro desafío: Yudith* sale muy temprano a tomar un ‘cayote’ hasta la carretera, donde inicia su camino hacia Paraguaipoa, tras recorrer una distancia de casi 4 kilómetros a pie y con dos recipientes que almacenan 5 litros de agua. Estando en Paraguaipoa, duda de la distancia, ya que debe ubicar algún pozo artesanal donde pueda conseguir los 10 litros que necesita diariamente. Una tarea casi imposible si llueve y las lagunas se llenan.
El gas doméstico también es escaso: muchos hogares recurren a la leña, lo que expone a las personas a frecuentes enfermedades respiratorias, una situación ya alertada por organizaciones como Monitor DESCA y el Comité por los Derechos Humanos de la Guajira.
Datos de la Comisión por los Derechos Humanos del estado Zulia (Codhez) de 2023 revelan que al menos 98 % de la población del municipio Guajira se encuentra por debajo de la línea de pobreza, mientras que 86 % vive por debajo de la línea de pobreza extrema; es decir, familias que no cuentan con ingresos para satisfacer sus necesidades más básicas.
No llegó ni a la mitad
De acuerdo con estimaciones de la organización Transparencia Venezuela, solo se ejecutó 33,33 % de la obra del Parque Eólico de La Guajira, cuya construcción comenzó en febrero de 2011 y debía culminar en 2013, pero un año después quedó paralizada.
Hablar sobre el Parque Eólico es un tema de mucho cuidado para la mayoría de los ciudadanos en La Guajira, pues conocen la detención de algunas personas por “tráfico de material estratégico”, un delito incluido en la “Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo”.
Sin embargo, tampoco ven responsables por el fiasco que representó el proyecto que debía generar entre 2.000 y 10.000 MW al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y ahora es una muestra del desinterés en transición energética en el país.
Este contenido es una producción en alianza con Noticias Sin Filtro